OIJ investiga grupos de WhatsApp en los que se comparten fotos de mujeres desnudas sin su consentimiento

Chica que fue víctima interpuso la denuncia

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Hay grupos en Whats App y Telegram, en su mayoría conformados por hombres, donde se comparten fotos de mujeres ticas, desnudas y sin su consentimiento.

La norma en estos grupos es subir “material propio” o tipo “porno casero”, es decir, no son fotos ni videos que ellas hicieran para un público abierto, sino para una pareja o en una situación de intimidad y que, por alguna razón se filtró.

En este tipo de manadas virtuales también circulan fotos de jovencitas que, aparentemente, son menores de edad y divulgar este tipo de fotos es un delito.

Una mujer, víctima de estos grupos, puso la denuncia ante el OIJ, por lo que las autoridades ya están detrás de los sujetos que violaron la privacidad no solo de ella, sino de otro montón de mujeres más. Ella solicitó que resguardáramos su identidad para este reportaje.

La Teja consultó a la Sección de Delitos Informáticos del OIJ, donde nos indicaron que “desde hace algunos años se han tramitado denuncias de personas de las cuales se han publicado sus fotografías o videos, sin embargo, no es prudente referirse al tema, ya que algunas están en investigación”.

Por invitación

La joven que hizo la denuncia, a quien llamaremos Clara, aseguró que ella imputó al grupo de Whats App Despiche en CR 2.0 y a los de Telegram The Kaliman´s VIP, Liga Hot New y Alcohólicos anónimos FDCR.

Whats App es la red social más utilizada en Costa Rica, mientras que Telegram va en crecimiento, pues aporta “seguridad y confidencialidad” a sus miembros.

Incluso quienes están dentro de estos grupos se pasan “tips” para ocultar su identidad.

A estos grupos solo se ingresa mediante invitación y en promedio, tienen 250 miembros cada uno.

La norma entre los participantes es “compartir material propio”, es decir, que no sea de páginas que se dedican a eso (pornografía) o fotos sueltas de Internet.

La Teja tuvo acceso a parte del material que circula ahí, vimos incluso la foto de una jovencita que se tomó una foto mientras se bañaba y que llevaba un mensaje que decía "confío en vos, yo nunca he hecho esto".

Otros miembros entran a preguntar: “¿Tienen fotos de (X) chica?”, “¿Tienen fotos de güilas que trabajen en (X) lugar?”, “¿Fotos de güilas de Moravia?”, “¿Qué saben de ella, hay fotos?”.

Cuando se pasan fotos y videos de mujeres desnudas, procuran hacerlo con un pantallazo del perfil de Instagram o Faceboook de cada una, para revelar su identidad a los demás participantes.

Videos reveladores

Recientemente, entre estos grupos circuló un video de una joven en aparente estado de ebriedad, con la que un hombre estaba teniendo relaciones en un parqueo, sobre el zacate y de fondo se escuchaba el sonido ambiente de unas fiestas en Tucurrique.

Esto ocurría mientras otros hombres observaban, grababan el hecho y se burlaban de lo que ocurría.

También circulan fotos y videos de zoofilia (sexo con animales) o bien de jóvenes que se nota que les tomaron fotos en un lugar público sin percatarse, como sentadas en un bus o caminando por la calle y se les alzó el vestido.

Pide cuentas

Clara, cuyas fotos circularon en estos chats, asegura que todo lo que se vive en estos grupos es "violencia digital contra la mujer" y por eso denunció ante las autoridades lo que sucede ahí.

“Cuando los hombres ya no pueden físicamente poner sus manos en una mujer entonces recurren a Internet para hacernos daño, humillarnos y degradarnos. Se burlan de quienes dicen ser empoderadas. Cuando tengo poder sobre mi cuerpo y sobre mi sexualidad les asusta, lo ven como una amenaza. Según el Instituto de Investigación de Datos de la Sociedad, 1 de cada 25 mujeres es impactada por la difusión no consentida de sus imágenes, y 1 de cada 10 es menor de 30 años; de esa cantidad el 51% considera suicidarse”, aseguró esta chica.

A pesar de que existe legislación que prohíbe estas prácticas, Clara sostiene que las autoridades hacen muy poco, o nada, para sancionar a quienes lo realizan.

“Ellos se ríen de esto porque saben que no les va a pasar nada, incluso se dan consejos de cómo hacer todo de manera más anónima. Por eso lo ideal es que se abra la conversación al respecto y que la problemática salga a la luz, y la única manera de hacerlo es mediante los medios de comunicación masiva”, dice Clara.

Para ella, uno de los principales problemas es que a las autoridades les cuesta encontrar un responsable directo, porque hay gente que maneja ciertas páginas de Internet, pero por no haber dueño, no hay a quién acusar.

Lo más triste para ella es que la sociedad termina señalando a la chica que tomó las fotos y siempre son ellas las que tienen que andar probando su inocencia, cuando deberían ser los que violaron su privacidad los que lo hagan.

“Las mujeres debemos soltar la vergüenza que ellos nos quieren imponer, debemos parar el silencio y hablar sin miedo a ser juzgadas. Estos son hombres que han crecido en una sociedad altamente machista, misógina y patriarcal, porque si en el mundo eso no ha acabado, menos aquí en Costa Rica.

“Son hombres para los que la pornografía fue su educación sexual y lo tomaron muy literal. Hay toda una industria que hace dinero de entusiastas de ver a mujeres -mayormente- siendo ahorcadas, escupidas, golpeadas, teniendo sexo con dolor, llenas de semen y a quienes les dicen nombres degradantes durante todo el acto sexual”, dijo la joven.