Posiblemente muchos de los participantes en la marcha de este martes, convocada por Rescate Nacional, mordieron el anzuelo y se apuntaron con buenas intenciones de hacer un llamado al gobierno porque la están viendo fea por la pandemia del covid-19.
Sin embargo, en esas actividades, que supuestamente se planean con buenas intenciones, hay otros con intereses poco transparentes.
Solo así se explican las vulgares agresiones a la prensa, el delincuente grabado lanzando un explosivo debajo de una grúa del Tránsito (ya fue detenido), y un grupo de manifestantes que acorraló e insultó al director de Inteligencia y Seguridad, Eduardo Trejos Laly, a quien patearon dos o tres veces.
El jefe de la DIS fue rodeado en la calle frente a Casa Presidencial. Los malamansados lo hicieron retroceder hasta meterse al edificio de la sede presidencial.
Uno de los promotores de la actividad fue el exdiputado y excandidato presidencial José Miguel Corrales, de 82 años.
“Hoy en Costa Rica se necesita un segundo Pacto de Concordia, necesitamos diseñar la Costa Rica del siglo XXI para los jóvenes. ¿Qué clase de patria les va a tocar vivir en este desorden que estamos?”, afirmó Corrales a La Teja el lunes.
Don José Miguel, con esas malacrianzas se podría llegar a cualquier cosa menos un acuerdo, una alianza, un pacto, como usted pregonó en este periódico. Y para cerrar con broche de oro, al consultarle si regresaría a la arena política respondió con un rotundo no.
“Jamás, yo a estas alturas lo que debo tener es un poco de Zepol en el cuello, un paño y acostarme”. Efectivamente don José Miguel, con eso sí estoy totalmente de acuerdo con usted.