En un país donde manda el derecho nadie está por encima de la ley.

Y ese nadie incluye, naturalmente, al mejor tenista del mundo en la actualidad. La Justicia australiana dio este domingo un ejemplo de cómo se protege la salud de la mayoría frente a las insensatas ocurrencias de un individuo desinformado.

Novak Djokovic, conocido antivacunas, debió salir de aquel país después de que tres jueces rechazaran un recurso que había puesto contra su deportación, ordenada por el gobierno que consideró que él --Djokovic-- representaba un “riesgo para la salud” por no haberse vacunado contra el covid-19.

El serbio había viajado a Australia para jugar el Abierto, un torneo de tenis que empieza este lunes 17 de enero, y como si estuviera por encima de la legalidad, pidió que le permitieran permanecer en el país sin haberse vacunado aunque ya le dio covid en diciembre del 2021.

Pegó con pared, le dijeron que no y el 5 de enero lo detuvieron. La agencia de noticias AFP informó: “el ministro de Inmigración (de Australia) Alex Hawke había argumentado que la presencia de Djokovic en el país era ‘probablemente un riesgo para la salud” y nunca se apartó de esa idea; así mismo lo entendieron los tres jueces que rechazaron el recurso puesto por el deportista, lo cual significó que debía salir del país.

Desprecio a las normas

El propio Hawke, de manera realista, calificó de “insignificante” el riesgo de que Djokovic infecte a los australianos, pero dijo que su “desprecio” de las normas sanitarias contra el covid-19 constituía un mal ejemplo y podría perjudicar las campañas de vacunación de refuerzo contra el virus.

Los antivacunas, sean de donde sean, representan un grupillo escandaloso que no cree en la ciencia y sí en los mitos, en las tonteras que encuentran en páginas dudosas de internet.

Todos se sienten epidemiólogos, todos creen saber más que los científicos más renombrados del planeta. Ya sabemos la razón: la ignorancia es la madre del atrevimiento. Es por eso que llaman “veneno” a lo que salva vidas.

Los antivacunas son lo que se ha dado en llamar “covidiotas” , a esos no se les puede dar alas en ninguna parte del mundo. Y eso incluye a Costa Rica,