“Cuando algo está bien no hay razón para cambiarlo” es un principio que funciona en muchos sitios, pero no en el MEP.
Al alguien en el ministerio de Educación --nadie ha podido explicar a quién, ni por qué, ni cuándo-- se le ocurrió modificar el significado que tradicionalmente ha tenido el rojo en la bandera nacional.
Durante muchas generaciones se ha enseñado en los centros educativos que la franja roja simboliza la sangre que ha sido derramada para defender la soberanía y las libertades en el país. Tiene todo el sentido del mundo... pero no para algún funcionario del MEP (nadie parece saber quién) y, ¡zas!, entonces porque a alguien le dio la gana variaron el signicado.
Ahora salen con que el rojo representa “la energía, la valentía y el desprendimiento con que los pobladores defienden sus principios e ideales y la calidez del modo de ser” y Presidencia, en su sitio web, lo repite como si así hubiera sido siempre.
¿Por qué el cambio?, ¿quién lo propuso?, ¿en qué se basa?, ¿se hizo un estudio antes o la ocurrencia simplemente apareció y le dieron camino?, ¿desde cuándo el cambio?
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El Ministerio de Educación debe decir algo sensato. No es posible que las respuestas a preguntas como esas sean que nadie sabe. El MEP debe dar explicaciones de ese arroz con mango porque, para peores, según le dijeron a La Teja, el simbolismo asociado con la sangre sigue en el plan de Estudios Sociales, o sea, se enseña en escuelas y colegios.
La ocurrencia nueva --esa de la energía y la valentía-- únicamente es (o era) válida en los exámenes que deben hacer quienes tramitan la nacionalidad costarricense.
Es decir, según el MEP, el rojo de la bandera tiene dos significados: el que tradicionalmente se nos ha dicho a los costarricenses y una tontera que nació en la cabeza de alguien a quien, supuestamente, nadie en el MEP puede identificar. ¡Cómo es posible!
A nadie debería sorprender que de una institución pública surjan medidas sin sentido (lo vemos todo el tiempo), pero de veras que el MEP la sacó del estadio. Está claro que en algunos de sus puestos el ministerio necesita gente que sí se haya educado.