El Dr. Ronald Evans García, una de las personas más valoradas en nuestro país en la guerra contra el covid-9, experto en Salud Pública, con siete condecoraciones, seis premios, a sus 84 años de edad y con una mente brillante, “está enfermo”.
También “está malito” Joe Biden, presidente de Estados Unidos. Otro que “está muy enfermo”, aunque usted lo vea menearse en el escenario, con tanta o más energía que un carajillo, es Tipí Rogers, ícono del grupo Marfil. Tipí tiene 67 años.
Evans, Biden y Tipí están jodidos, aunque se sientan puras tejas, porque así lo establecerá a partir de enero la Organización Mundial de Salud (OMS), que considerará la vejez como enfermedad.
“De la sorpresa a la incredulidad; de ahí, a la indignación; y, de inmediato, al rechazo absoluto. Así, sin concesiones de ningún tipo, debemos manifestarnos, como una sola voz planetaria, contra la inaudita resolución de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se apresta a incurrir en el garrafal error de considerar que la vejez debe ser incluida en la clasificación internacional de enfermedades a partir de enero del próximo año”, enfatizó el Dr. Fernando Morales, geriatra, gerontólogo y decano de la Facultad de Medicina de la UCR
Idalia Alpízar Jiménez, gerontóloga y académica de la UNA reaccionó: “Esta propuesta demuestra un entendimiento equivocado de la vejez y que tiene fuertes consecuencias, sobre todo al reafirmar mitos y estereotipos que no solo pueden afectar como un adulto mayor se ve a sí mismo, sino que también provoca que personas en edades jóvenes no se preocupen por enfrentar su propio envejecimiento”.
Los verdaderamente enfermos están en la OMS.