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Padre Minor llenó de nostalgia a sus viejos oyentes de Radio María

Sacerdote se sentó de nuevo frente a un micrófono y revivió sus mejores tiempos

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Las ondas de radio Actual se convirtieron por una hora en una máquina del tiempo que transportó a muchos oyentes hasta el pasado y los llenó de nostalgia y muchos recuerdos.

El viaje de retroceso fue de unos 17 años, hasta un tiempo en el que el padre Minor de Jesús Calvo Aguilar estaba en sus mejores momentos con Radio María.

Este lunes, a las 10 de la mañana, el popular sacerdote (quien ya no ejerce su ministerio) volvió a estar frente a un micrófono sorprendiendo a los que lo escucharon, quienes no pudieron evitar hacer la comparación con los programas radiales que tuvo el religioso antes de enfrentar a la justicia.

La forma en que se desarrolló el espacio y hasta la música que eligió hizo que más bien pareciera una grabación de aquellos años.

Las redes sociales del restaurante La Casona de Cartago, propiedad de Calvo, transmitió varios segmentos del espacio, los cuales estuvieron llenos de comentarios positivos, algunos hasta decían que no pierden la fe de volverlo a ver celebrando misa. Mientras que en el "feis" de Radio Actual, había mensajes buenos, pero otros que le tiraban al padre.

El nuevo espacio, llamado "Jesús está vivo", es de lunes a viernes, de 10 a 11 de la mañana. El tiempo se repartirá entre oración, predicación y música, en un futuro espera atender llamadas de los oyentes y llevar invitados especiales.

Además, el programa se repetirá todos los días a las 5 p.m. en radio La Gigante (800 AM) y a las 3 a.m. nuevamente en Actual.

En los últimos años de la década de los 90', el sacerdote era capaz de mover multitudes con su palabra y recaudar millones en donaciones; sin embargo, su vida dio un giro de 180 grados cuando pasó del altar de la iglesia al banquillo de los acusados.

Radio María empezó a tener problemas, especialmente por escándalos financieros, por eso monseñor Román Arrieta, quien en esa época era el arzobispo de San José, anunció el cierre de la emisora, lo que provocó las protestas de los feligreses que eran fieles a Calvo. La última transmisión fue el 30 de mayo de 2001.

En una jugada inesperada, en junio de ese año, los medios de comunicación anunciaron la venta de la emisora por ¢150 millones, de este modo todos los bienes de la emisora y el uso de la frecuencia 100.3 FM pasó a manos del empresario Sergio Hernández.

Esta venta desató la ira de los jerarcas de la Iglesia y las críticas del comunicador Parmenio Medina, quién utilizó su programa de radio "La Patada" para cuestionar las acciones de Calvo, como lo venía haciendo desde meses atrás, hasta el 7 de julio del 2001 cuando lo asesinaron a tiros frente a su casa.

La muerte de Parmenio y el destino de los diezmos que se cobraban en Radio María le costaron la libertad a Calvo, quien estuvo en prisión preventiva mientras se investigaba si era responsable de esos delitos.

Al final del largo juicio, se le absolvió por la muerte del comunicador, pero no por el cargo de estafa, por el que recibió una sentencia de 15 años de cárcel y fue enviado a San Sebastián a cumplir la condena. Un juzgado de casación rebajó esta condena a ocho años.

Fue en este centro penal que hizo su primer intento para volver a la radio. El 28 de agosto del 2008 transmitió por siete minutos el programa "Jesús está Vivo", por radio Centro, hasta que el Ministerio de Justicia le apagó los chunches y le prohibió hacerlo de nuevo.

A pesar de que luchó para tener su programa de radio desde la cárcel de San Sebastián no lo logró y se quedó con las ganas.

El 9 de setiembre del 2009, el Juzgado de Ejecución de la Pena le aprobó la libertad condicional y el 8 de agosto del 2010 cumplió su condena de ocho años.

Su mensaje, la música y hasta su forma de hablar este lunes fue la misma de sus tiempos de Radio María.

La Teja lo acompañó en la cabina y fuimos testigos de cómo el cura no ha perdido el toque, a pesar de los años alejado del servicio religioso y los micrófonos.

"Es una etapa nueva en mi vida, es el primer programa propio en 17 años, así que uno se siente muy nerviosillo", comentó.

Aunque los nervios le quisieron ganar la jugada, apenas le dieron la palabra fue el mismo de siempre, la única diferencia fue la ausencia de su ropa religiosa, crucifijos e imágenes.

En su lugar llevó una computadora portátil, un mapa de Costa Rica, su vieja biblia (la misma que usaba en la desaparecida emisora) remendada con un poco de cinta y una vasija de barro que usó como un símbolo de cómo el alfarero (Dios) puede rehacer una vida y dar segundas oportunidades.

"Simboliza que los seres humanos somos eso, una vasija de barro de la cual Dios se puede servir para echar a andar su obra para hacer maravillas, para hacer sus cosas grandes", aseguró el religioso.

El sacerdote aseguró que el programa no es una plataforma para defenderse del pasado sino que lo ve como una oportunidad que Jesucristo le está dando y que sólo él es el único que le puede quitar el permiso de hablar.

El padre Glenm Gómez, encargado de comunicación de la Arquidiócesis aseguró que el programa no tiene relación con la iglesia porque el cura lo hace a título personal y que no tienen planes de censurarlo.

Gómez dijo que como cualquier otro tico, Calvo tiene derecho a expresar sus opiniones y hablar de lo que considere correcto.

Bella Flor Calderón

Bella Flor Calderón

Comunicadora

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