Este domingo en Roma se sentía un ambiente de fiesta pues el papa León XIV saldría nuevamente en el balcón para el rezo del Regina Caeli, su segunda aparición pública tras ser elegido pontífice.
Desde temprano todos los accesos a la plaza de San Pedro estaban a reventar y La Teja tuvo la suerte de que, justo cuando entrábamos al lugar asignado para la prensa, pudimos ver al papa a menos de 100 metros.
Recién había pasado el control de seguridad, escuché una bulla, aplausos y gritos de “papa, papa”. Dejé mi bulto tirado en el escáner del control policial y al alzar la vista ahí estaba, el nuevo pontífice saludando y entrando a un edificio para, suponemos, una reunión. Me llamó la atención su paso firme, se nota que es una persona saludable. Fue muy emocionante.
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Pero volvamos a lo que vinimos. A las 12 en punto, las cortinas del famoso balcón de la basílica de San Pedro de abrieron y salió esa figura vestida de blanco, de inmediato la plaza retumbo por los gritos de la gente, que está feliz con el nuevo obispo de Roma.
Con potente voz, inició con un “¡Buen domingo!”. Luego empezó con un pequeño mensaje sobre la figura del Buen Pastor, pues eso es lo que celebra la Iglesia en el cuatro domingo de Pascua, en el que estamos. Considero un don de Dios que el primer domingo de mi servicio como Obispo de Roma sea el del Buen Pastor”, inició diciendo para luego recordar que en esta fecha se reza especialmente por las vocaciones sacerdotales y religiosas.
También dio un saludo a los cientos de miembros de bandas musicales que llegaron, pues era el Jubileo de las Bandas Musicales y de los Espectáculos Populares.
Potente mensaje
Tras el rezo del Regina Caeli, que sustituye al Ángelus en el tiempo de Pascua, dio un mensaje que debe resonar fuerte en los líderes mundiales, pues rogó por el fin de las guerras.
“Me dirijo a los grandes del mundo, repitiendo el siempre actual llamado: ‘¡Nunca más la guerra’!
“Llevo en mi corazón los sufrimientos del amado pueblo ucraniano. Que se haga todo lo posible para alcanzar cuanto antes una paz auténtica, justa y duradera. Que sean liberados todos los prisioneros y que los niños puedan volver con sus familias. Me duele profundamente lo que sucede en la Franja de Gaza. ¡Cese inmediato del fuego! Que se preste ayuda humanitaria a la agotada población civil y que sean liberados todos los rehenes”, dijo sin rodeos.
Finalmente, saludó a varios grupos grandes de peregrinos que estaban en el lugar y felicitó a las mamás, porque este domingo es el Día de las Madres en Italia.
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Con un “Feliz domingo a todos” terminó su aparición, no sin antes quedarse unos minutos en silencio, ante los aplausos de miles de personas.