Dejar un empleo fijo no es fácil, pero Óscar Zumbado Araya y Maritza Madrigal decidieron hacerlo para mantener viva una tradición gastronómica que reina en el Mercado Central de Heredia desde hace más de 60 años.
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Cuando falleció doña Vilma Araya, a los 88 años, su hijo Óscar y su esposa, Maritza, quienes trabajaban en un supermercado y una empresa de pinturas respectivamente, tomaron la valiente decisión de continuar con el legado culinario de la querida matriarca.
“Al inicio fue complicado porque teníamos nuestros trabajos, pero ya llevamos más de 20 años haciendo platillos tradicionales como tamal de elote y el particular maíz que hacía mi mamá”, expresó don Óscar.
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Un espacio pequeño pero lleno de sabor
El local, conocido como El Tramo de Vilma, se ha mantenido en el mismo lugar durante décadas. Aunque el espacio es reducido, la calidad de los platillos mantiene a los clientes fieles a esta tradición.
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“Este local de mi mamá es chiquitico, pero bendecido. Ella aquí cocinaba con comales y fogoncitos, pero al asumir nosotros tuvimos que modernizarlo un poco por las normativas”, contó Zumbado.
Con la experiencia en administración de Maritza, la pareja no solo preservó las recetas originales, sino que también diversificó el menú. Ahora, además de los tamales y el maíz tradicional, ofrecen hojas de plátano, pozol, empanadas y el famoso pancito de elote.
“Nos hemos adaptado sin perder la esencia, y los clientes lo valoran”, afirmó.
Consejos para emprender
Aunque el camino no ha sido fácil, la pareja está convencida de que el esfuerzo vale la pena.
“Al principio costó mucho, pero con empeño y ofreciendo un buen producto la gente siempre vuelve. Esa es la clave: calidad y atención”, reflexionó el emprendedor.