Qué se iba a imaginar una mamá de Etiopía que su hijo, de tan solo 10 años, iba a ser rescatado de las garras de la muerte por dos jóvenes costarricenses.
Por más increíble que parezca, esta historia es real y si hoy el pequeño llamado Menguisto sigue con vida es gracias a Gloriana Oconitrillo y Diego Vargas, dos ticos que decidieron dejar la zona de confort en la que vivían para ayudar a otros en ese lejano país africano.
Ambos jóvenes, de 25 años, renunciaron a sus trabajos en Costa Rica y se fueron a repartir lo que llamamos el combo de la alegría, el cual está lleno de comida y magia.
Gloriana trabajaba como relacionista pública y Diego es mago, ambos tomaron la difícil decisión de ponerle una pausa a sus bretes para brindar una mano a los más necesitados.
La pareja de novios se fue desde noviembre para allá y el 12 de diciembre esperan estar de vuelta en el país con una gran satisfacción en el corazón.
Ellos dos trabajan con una fundación que se llaman Afritica, la cual nació hace tres años y que opera gracias al esfuerzo de varios costarricenses que no quieren ser indiferentes con las necesidades del continente africano.
"En setiembre renuncié a mi trabajo para darle vida al proyecto, a uno le da susto renunciar a una estabilidad y comodidad, pero vale la pena seguir arriesgando todo por ellos, nosotros somos conscientes de que en el país también hay necesidades, pero las diferencias con ellos son abismales, por lo que el poder estar aquí es poder agradecerle a toda la gente que puso su granito de arena comprándonos un collar o una pulsera y cuando vean que eso ayudó a salvar vidas, verán que el esfuerzo valió la pena", contó Gloriana Oconitrillo desde España.
Tanto Gloriana como Diego, lograron recolectar $5 mil (casi ¢3 millones) vendiendo collares y pulseras en año y medio acá en Costa Rica, todo con la intención de donar cada uno de esos cinquitos allá.
La platica recolectada la donaron a una clínica que montó, dicho sea de paso, una vecina de Turrialba que vive allá, por lo que los $5 mil sirvieron para comprar colchonetas y accesorios para cinco centros de salud.
Además, ambos recolectaron un poquito más de plata con la que lograron comprar 50 tarritos de leche en polvo para ayudar a varias familias a que alimentaran a sus bebés, los cuales sufrían problemas de desnutrición. Entre los beneficiados estaba Menguisto, el pequeño del que hablamos al inicio de la nota y al cual lograron salvar.
"Él estuvo en diferentes clínicas y nunca supieron qué era lo que tenía, cuando llegó a la clínica de nosotros era como la última opción porque prácticamente lo habían mandado a morir a la casa. En la clínica lo internaron y le empezaron a hacer exámenes que arrojaron que él llegó a un estado de desnutrición muy fuerte, al final se dieron cuenta que lo que tiene es diabetes. Se alimentó, se le inyectó insulina y se le dio un tratamiento. La verdad es que él un milagro y hasta cachetitos tiene", añadió Gloriana.
Reacción inexplicable
Además de la lechita en polvo y los utensilios para las clínicas, el combo que llevaron este par de cargas se redondea con los actos de magia de Diego.
"Desde la magia, Diego quiso llevarles alegría a los chicos allá porque ellos no la tienen accesible. La magia es un lujo y uno no puedo explicar la reacción de los chicos con cada acto, son reacciones difíciles de explicar", explicó Oconitrillo.
De vuelta
Tanto Gloriana como Diego van a tener que devolverse antes de lo esperado, ya que tuvieron un problema con la visa.
Sin embargo, desde ya están haciendo planes para seguir trabajando duro en Afritica ya que, como se quedaron sin brete, igual van tratar de hacer sostenible el proyecto para volver pronto a llevar otro combito de alegría en África.