¡Qué rico un pescadito frito, con ensalada y papas a la francesa! Pues un gustito como ese podría ser cada vez más complicado si no hacemos algo para revertir el efecto del cambio climático en el mundo y en nuestro país.
Así nos lo explicó don Omar Lizano, consultor privado e investigador pensionado de la Universidad de Costa Rica, quien advierte que el calentamiento de los océanos generará un gran impacto en la pesca.
“Está aumentando la temperatura del mar, lo que provoca evaporación de las aguas y más salinidad, cuya consecuencia es dividir el agua como en capas de diferentes densidades que no se mezclan entre ellas, lo que termina ahuyentando a los peces por la falta de oxígeno y el aumento del oleaje”, explicó Lizano.
Los peces se van en busca de otros ecosistemas que les den los nutrientes necesarios, además de aguas más frías, esto provoca pérdida de la biodiversidad marina y si se van los peces, las personas se quedarán sin qué pescar.
Y como una bola de nieve, si no tienen qué pescar, se quedan sin la herramienta que les permite llevar el sustento a sus hogares, pero, a la vez, nos quedamos sin una importante fuente de alimento.
Todo esto ya está dando sus primeras muestras en las aguas del golfo de Nicoya, según un estudio hecho por Lizano para MarViva.
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Otro que se mostró bastante preocupado con la situación fue Gustavo Arias, gerente de ciencias de Fundación MarViva.
“Costa Rica es un país privilegiado por su enorme riqueza natural. El cambio climático representa una amenaza real para la biodiversidad y para los bienes y servicios ambientales que derivan de los recursos naturales. Todas las áreas productivas dependen de insumos provenientes de la naturaleza, pero quizás, aquellas que hacen uso directo de los recursos, como el sector agrícola, turístico y pesquero, son las primeras en verse afectadas”, dijo Arias.