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Pistero: “Un tanque lleno de gasolina solo lo piden los BMW... el resto solo echan 5 o 10 mil”

Conductores está echando entre 5 y 10 rojitos y los trabajadores de las gasolineras ahora son como los paños de lágrimas porque es con ellos que se desahogan

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Nos dimos una vuelta por varias gasolineras de San José para saber cómo está el asunto ahora que la gasofia está a casi un rojo el litro y nos topamos con una realidad: ¡llenar el tanque es un lujo de papudos!

Visitamos la gasolinera Uno que está en Desamparados, a unos 300 metros de Burger King del parque de la Paz, a la par de lo que fue el salón de baile El Jorón.

También la que está en Curridabat, 300 metros al este de Mudanzas Mundiales; la del frente de plaza América, en Hatillo; la de barrio Cuba, diagonal a la clínica Moreno Cañas; la que está a la entrada de Tres Ríos y la de abajo del puente Juan Pablo II, en La Uruca.

Hablamos con quienes teníamos que hablar: los pisteros.

Como era lógico, ellos no nos pudieron dar el nombre porque podían tener problemas con el patrón y no conversamos con los patrones porque la mayoría están metidos en las oficinas y no viven la realidad de quienes llegan a echar un pichuleito de gasolina para poder rodar otro ratico.

“¿Tanque lleno? Ya eso se acabó, aquí la mayoría de carros vienen para echar cinco, diez o quince rojitos cuando mucho. ¡Qué va!, la gasolina está muy cara y les cuesta mucho tan siquiera llegar a medio tanque, incluso eso ya pasó, medio tanque son como 20 rojos y casi nadie pide ahora esa cantidad”, fue el primer comentario de uno de los pisteros.

También nos contaron que ellos ven cómo sufren los que realmente necesitan la gasolina para pulsear la jamita de su casa, como los que trabajan en carga o los piratas, porque llegan por tres rojitos, hacen dos viajes y después por otros cuatro rojitos y así se la tiran todo el día.

“Está pasando lo que es nuestra realidad costarricense, si quiere se queda aquí conmigo para que vea, un tanque lleno solo lo piden los BMW o los Mercedes Benz, o sea, los carrazos, esa gente no tiene problemas, pero el resto de gente echa cinco o diez mil colones”, fue otra explicación que nos dieron.

Gasolinera Uno frente a Plaza América en Hatillo

Llama la atención que todos nos comentaron que desde este jueves 31 de marzo, que la gasolina Super pasó a ₵909 el litro, la Regular a ₵889 y el diésel a ₵845, ellos se han convertido en una especie de paño de lágrimas, porque la mayoría de conductores echan combustible tirando sapos y culebras contra el Gobierno por el garrotazo.

“Los que echan menos de quince rojos reclaman bien enojados por lo caro del litro y es que cuando ya uno les echa y prenden el carro ven que la aguja (del indicador de combustible en el dash) apenas se medio movió, si acaso les sube un cuarto de tanque y eso les da un colerón y hasta putazos mandan”, nos comentaron.

Como anécdota todos aceptaron que “la noche de las pichingas” fue la del pasado miércoles 30 de marzo porque como a la media noche se venía un gran aumento, muchos llegaron a llenar tanque, además, llevaban recipientes para tener en la choza gasolina más “baratica”.

Gasolinera delta ubicada a la entrada de Tres Ríos

Menos

Como era de esperarse, este jueves llegaron muchos menos carros a las bombas, por culpa del guamazo, pero los pisteros coinciden en que eso no es solo de las últimas 48 horas, ya que desde hace varias semanas venían sintiendo la baja.

“Con el litro de gasolina casi a mil colones hay mucha gente que mejor deja el carro en casa y se va en bus, eso nos afecta porque significan menos carros cargando y así todos perdemos por menos ingresos, en verdad que ya entre los pisteros estamos con temor que empiecen a cortar cabezas ya que estamos seguros que eso es lo que sigue, menos empleados porque hay menos carros llenando tanque”, aceptó otro breteador.

El golpe es tan fuerte en el aumento de gasofia que incluso nos aseguran que hasta está pasando algo que no se había dado antes y es que los que tienen motos también la están viendo fea.

“Los que tienen que trabajar con la moto están pasando por uno o dos rojos, nada más, me dicen que echan un rojo y cuando ya sienten que se les acabó, va otro rojo, van de a poquitos porque no tienen más”.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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