Andrés Fernández está harto de no poder almorzar en paz por el fuerte olor a orines y excremento que, asegura, entra a su casa.
Este brumoso tiene como vecina la parada de buses de Lumaca, lugar donde los indigentes entran a hacer sus necesidades, precisamente, en la pared de la empresa que pega con su vivienda.
Fernández tiene ya cerca de cinco años de estar tratando de que le arreglen el problema, pero nada que tiene un respiro.
Ya incluso había puesto una denuncia en el Ministerio de Salud, sin embargo, aunque la empresa actuó en su momento, la hediondez no se va, insiste.
"Pusieron un portón, pero se cierra hasta las 11 de la noche por lo que antes de eso cualquiera entra y hace sus necesidades, no hay control de eso", contó Fernández.
El indignado vecino agregó que, a pesar de que en la parada de buses hay servicio sanitario, le cobran a la gente por usarlo, por lo que las personas, sobre todos los hombres, prefieren ir y pegarse la orinada en la tapia.
Manuel Leitón, gerente de Lumaca, aseguró que llevan tiempo de estar trabajando en el problema denunciado, pero insistió en no sabían que seguía afectando directamente al vecino.
"Se había puesto una orden sanitaria, pero eso era por lo indigentes, pero ya Lumaca hizo las acciones correctivas y hasta se cerró la orden sanitaria, ahí estamos obrando sobre la ley, pero ellos (indigentes) siempre buscan la forma de hacer sus necesidades", dijo Leitón.
El gerente contó que por esa situación colocaron dos portones que se cierran durante las noches, pusieron luces en las partes oscuras y rótulos para que la gente haga conciencia. Agregó que están en toda la disposición de ayudar si el problema se sigue presentando.
"Esa es una problemática social que a nosotros también nos afecta, por eso le pedimos a Andrés que nos presente evidencia. Nosotros estamos dispuestos a colaborar, pero últimamente no hemos recibido evidencia fundamental", agregó Leitón.
Los argumentos de Leitón los negó Fernández, pues asegura que él ha estado tratando de comunicarse con la empresa y no le responden de ninguna forma.
"El problema es que he tratado de buscarlos, los llamo y les pongo correos y no me responden. Además, ese portón cuando se abre, lo hacer para el lado de mi casa, por ende, la gente se mete ahí atrás y orina porque el mismo portón los tapa", aseguró muy molesto el cartaginés.