El ministro de Justicia, Gerald Campos, está metido en una enorme bronca por unos delitos que le achacan.
Este lunes, la Corte Plena informó que los magistrados remitieron a la Asamblea Legislativa la solicitud de la Fiscalía General para levantar la inmunidad a Campos.
20 minutos después, Campos mandó al Congreso una nota en la que renunció a su inmunidad.
“En aras de garantizar la más amplia transparencia y el pleno desarrollo de las audiencias que corresponde celebrar ante la Sala de Casación Penal, pongo a disposición de esta Asamblea mi decisión irrevocable de renunciar a la inmunidad procesal que pudiera ostentar. De este modo, confío en que se coadyuvará al pronto esclarecimiento de los hechos y al imperio de la justicia”, expresó el ministro.
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Pero, ¿qué es lo que habría hecho Campos para meterse en semejante bronca?
La investigación se abrió en el 2016 por un presunto cobro excesivo de viáticos por parte de él y de quien era su guardaespaldas, un funcionario de apellido Jara, así como un pago desmedido de horas extra al custodio. Esto cuando era subdirector del OIJ.
Ya se había solicitado la apertura a juicio por el caso contra Campos antes de que él fuera nombrado ministro y cuando asumió la cartera de Justicia, el procedimiento pasó a la Fiscalía General, para que se siguiera un procedimiento especial por tratarse de un miembro de los supremos poderes.
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Supuestamente, el guardaespaldas habría cobrado ¢5,8 millones en horas extras de abril del 2016 a enero del 2017, y ¢800.000 en viáticos.
En cuanto al ministro, él habría cobrado ¢900.000 en viáticos.
En la causa se detalla que, presuntamente, se habrían usado datos falsos en las hojas de liquidación de gastos de viaje dentro del país, en los rubros de desayunos, almuerzos o cenas.
Campos está acusado del delito de peculado, que se comete cuando un funcionario público sustrae o distrae dinero, o bienes del erario público, cuya administración, percepción o custodia le haya sido confiada en razón de su cargo.