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¿Por qué un alma queda atrapada entre los vivos?

Una medium le explica qué hace usted en vida que le cierra la puerta al más allá cuando muere

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Una medium, quien es la persona que tiene capacidades paranormales de percibir la presencia de almas, y que usa seudónimo de Agnus para proteger su identidad, nos ayudó a comprender con 10 razones por qué algunos muertos se quedan penando entre los vivos.

Culpa

Es sin duda una de las cosas que más causan la interrupción del paso al umbral de luz, causando que el espíritu o alma quedé suspendida en un espacio atemporal, convirtiéndose en un desencarnado debido al gran peso por los hechos que realizó en vida que no supera y que su conciencia recuerda una y otra vez.

Apegos

Aquellas personas que se apegan a lo material, al dinero o a personas, con tanta fuerta que no les permite el paso. No es malo poseer cosas, lo malo es cuando las cosas nos poseen, la preocupación excesiva de qué pasará con el dinero, con las casas, causan gran interrupción en el paso del umbral.

Miedo a la muerte

Nos preparamos con todo para vivir bien, luchamos por carro, casa, tranquilidad económica, pero casi nunca nos preparamos para aceptar la muerte. Eso le provoca a algunas personas un miedo profundo a la muerte y ese miedo interrumpe la relación entre el vínculo material y el espiritual. El alma no busca el umbral sino que lo rechaza y eso la deja desencarnada entre los vivos.

¿Por qué un alma queda atrapada entre los vivos?

Promesas no cumplidas

Algunas personas a la hora de partir dejan promesas sin cumplir, eso las deja suspendidas entre la vida y la muerte. Como almas sin vida buscan cumplir de alguna forma esas promesas, incluso, llegan a utilizar una medium para terminar la tarea y por fin pasar el umbral.

No perdonar

Esta ausencia del perdón puede darse tanto con la persona misma como con terceros, por situaciones que realizó aún sabiendo que eran malas, después recapacito, pero no logró que se le perdonara ese hecho. También algo que pudo hacer y no hizo y nunca se perdonó eso, también no perdonar a alguien que nos hizo mal en vida.

El perdón amarra fuertemente en la tierra.

Muerte violenta

Tener una muerte violenta, en un accidente por ejemplo, interrumpe de golpe la relación entre el vehículo material y la parte espiritual. El espíritu, el alma, no logra comprender ni encontrar cómo pasar el umbral porque no entiende qué fue lo que pasó y entonces podría quedar esa alma penando.

Perdón a medias

Se dan situaciones en que una persona en agonía, que no está en sus cinco sentidos, por fin recibe el perdón de un familiar, un amigo, un conocido, por algo que sucedió tiempo atrás, pero al no estar en sus cinco sentidos no se da cuenta que la perdonaron y queda con esa culpa en su corazón; o bien, la persona que agoniza por fin perdona, pero no lo puede decir por su condición y eso ata.

¿Por qué un alma queda atrapada entre los vivos?

Vida sin espiritualidad

En este caso no es problema no tener una religión, o no creer en algo, en alguien, lo malo es alejarnos de la espiritualidad para no sentir culpa de los hechos de maldad que se hacen contra otras personas o contra si mismos. Esa ausencia de culpa por ausencia de espiritualidad ata a la tierra y evita el paso por el umbral de luz.

Apego de otros

En los momentos finales de una vida pueden haber personas que quieren con todas sus fuerzas que el ser querido no fallezca, incluso, se lo dicen o se lo gritan: ¡no te mueras!.

Le dicen eso porque creen que no podrían vivir si se muere y eso crea una atadura en la tierra para el agonizante que lucha por no morir ante las peticiones de la persona.

Venganza

El sentimiento de venganza se parece al de perdón, pero es mucho más fuerte porque la persona no quiere morir, de hecho, lucha por vivir para poder lograr su venganza.

Cuando muere, también lucha contra esa muerte y se convierte en un desencarnado, en un alma en pena, que sigue buscando venganza, tanto así que se pueden hasta unir a espíritus malignos buscando ayuda para lograr su objetivo de dañar a un vivo.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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