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Presidente Carlos Alvarado: El niño que no lloró al nacer

A 40 años de su nacimiento, su madre, doña Adelia Quesada contó que cuando nació no soltó lágrimas. Este lunes visitará el centro médico que le dio la bienvenida a este mundo

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El presidente Carlos Alvarado llega este 14 de enero a las cuatro décadas. Le quedan dos años en la Presidencia y muchísimo trabajo por delante.

Lo bueno es que, como nos cuenta su madre, doña Adelia Quesada, llegó al mundo con una característica: nunca ha sido llorón. Cuando nació, señala, no soltó ni una lágrima.

Y ese rasgo como que se ha mantenido. Desde la silla presidencial Alvarado no se ha dedicado a llorar, todo lo contrario, ha trabajado, ha buscado soluciones y se ha convertido en un ejemplo para muchos costarricenses quienes han visto en él, a un hombre de pocas palabras pero al mismo tiempo de muchas acciones.

No lloró cuando les puso el pecho a las balas para aprobar un plan fiscal y tampoco cuando recientemente dijo que renunciará a la pensión (de ¢3,7 millones) que le toca cuando termine su mandato. Nació sin llanto y así se ha mantenido, aún cuando los tiempos no han sido fáciles y las críticas lo han golpeado.

El actual mandatario vino a este mundo el hospital México. Este lunes 13, un día antes de su cumpleaños, visitará ese centro médico para inspeccionar la construcción de la nueva torre de quirófanos. Esas son las vueltas de la vida.

Nació en un momento complicadísimo para nuestro país, que estaba metido en una profunda crisis económica que alcanzó su punto más alto un año después. Fue la época en la cual el dólar pasó de 8,60 a 60 colones en solo tres meses.

Además, los demás países de Centroamérica eran zona de guerra. La Revolución Sandinista había triunfado un año antes, pero el conflicto seguía ardiendo en las tierras vecinas.

Doña Adelia, su mamá, habló con La Teja y recordó cómo fue el embarazo del que se convertiría, para orgullo suyo y el de su esposo don Alejandro Alvarado, en el presidente número 48 de este país y en el más joven en más de un siglo.

Cuenta que en aquella época no había posibilidad de hacerse ultrasonidos para conocer con anticipación el sexo del bebé en camino. Eso sí, ella quería que el segundo de sus tres hijos fuera un hombre para que le hiciera compañía a Federico, el primogénito, quien tenía entonces dos años y nueve meses. Luego de Carlos en 1984 nació Irene, la menor de los Alvarado.

“Todo muy bien. Nada más que tuve una caída semanas atrás (antes del parto) y pensé que se iba a venir antes. Sin embargo, nació justo a tiempo. Fue muy rápido. Con la experiencia que había tenido con Federico llegué al hospital a las ocho de la mañana y antes de las 9ueve ya había nacido. Fue un parto normal”, detalló.

El hecho de que no llorara, como es usual en los bebés, la sorprendió.

“Creí que era porque tenía el cordón arrollado. Le dieron una nalgada y al momento lloró. ¡Pobrecito! “, añadió.

Esta orgullosa madre recuerda que el pequeño pesó casi ocho libras y tenía poco pelo.

“Era muy bueno, muy tranquilo, solo comía y dormía”, dice doña Adelia.

Como muchas mujeres que dan vida, ella también guarda varios recuerdos de aquel bebé hijo del verano.

“Siempre he guardado todas las cosas de mis tres hijos. Por ejemplo, la pulsera, el certificado, un cabello, los dientes. Como a los veinte días (de nacido Carlos), llegó de Estados Unidos una de mis hermanas y le tomó las primeras fotos”, recuerda.

Doña Adelia solo tiene palabras de agradecimiento para las personas del hospital México que le ayudaron en el parto del actual mandatario.

“Yo, sinceramente, siempre he estado muy agradecida con el Hospital México, donde tuve a mis tres hijos. Para mí es lo máximo. A mi hermano, por ejemplo, le hicieron un trasplante de hígado hace nueve años y gloria a Dios que está bien”, mencionó.

Mucho cariño

El mandatario nos dijo que, al igual que su madre y su padre, él siente también mucho cariño por el México, especialmente porque fue ahí donde él y sus dos hermanos nacieron.

“Siento una gran satisfacción por la extraordinaria labor visionaria que realiza, como lo refleja el inicio este lunes de las obras de la torre de quirófanos, que impactará significativamente en el mejoramiento a la atención de los pacientes”, comentó.

La nueva edificación que inspeccionará el presidente contará con salas de operaciones, Cuidados Intensivos y salas de parto en las cuales, quién quita, nacerá en poco tiempo algún mandatario o mandataria del futuro.

La obra constará de cinco niveles y tendrá un costo aproximado de $45 millones, es decir, unos ¢25 mil millones.

Bryan Castillo

Periodista

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