Este domingo 29 de junio, las calles de San José centro se van a tintar de todos los colores para celebrar el 16º aniversario de la Marcha de la Diversidad, conocida popularmente como Pride.
Así como ya es costumbre, miles de personas, ya sea que formen parte de la comunidad LGTBIQ+ o no, se reúnen para conmemorar, celebrar y visibilizar todos y cada uno de los tipos de orientación sexual.
Así como en años anteriores, la fiesta está pactada para comenzar en Paseo Colón; específicamente, en la Estatua de León Cortés, a partir del mediodía, y la idea es subir hasta la Plaza de la Democracia.
A pesar de los golpes que ha recibido la marcha en los últimos meses, siendo el más reciente la prohibición de menores de edad en la actividad de cierre, la organización espera que miles de personas se presenten, cada una con una historia y razón diferente para marchar.
Tal es el caso de Ralph Cambronero y Erick Herrera, quienes, a pesar de tener más de 25 años juntos, por primera vez, van a marchar juntos.
Ellos decidieron abrirnos su corazón para contarnos un poco sobre su historia y por qué, décadas después, decidieron compartir este momento.
“Eric y yo tenemos 25 años de ser compañeros de vida”, nos contó Ralph. “Nos conocimos cuando éramos muy niñitos y desde entonces estamos juntos.
“Nacimos en una época en que la diversidad no era tan abierta, no había espacios como la Marcha, teníamos que esconder nuestra sexualidad; hasta muy tarde pudimos vivir cosas como cualquier otra persona, me refiero a tu primer amor, el primer beso, porque son cosas que en esa época no se podían disfrutar”.
Incluso, nos confesaron que durante mucho tiempo tuvieron que esconder su relación. Para poder alquilar, se hacían pasar por hermanos y, sus familias pensaban que solo eran muy buenos amigos.
Hasta que un día decidieron nunca más mantener su relación en secreto y la gritaron a los cuatro vientos, lo que no significa que haya sido sencillo.
“Tenemos solamente un año y medio de casados. A pesar de que la ley se aprobó hace mucho, uno todavía lidia con mucho temor y cosas así, entonces nos tomó un tiempo aceptar el cambio de la historia del país”.
Pero, no nos adelantemos, que su historia de amor es muy bonita.
Para siempre
Según nos contaron, en realidad, se conocieron por casualidad.
“Un amigo me invitó a su casa a almorzar”, recordó Ralph. “Me comentó que compartía casa con seis personas y ese día se suponía que iba a estar una compañera.
“Cuando llegué, el que estaba era Erick. Él es muy masculino y no se le puede notar su preferencia sexual, entonces yo le dije a mi amigo: ‘qué pena con tu compañero, ¿no se molestará porque haya venido?’, y me dice: ‘no te preocupes, él es gay’“.
La conexión fue casi instantánea, comieron, se conocieron y fueron al cine.
“Desde ese día, hasta hoy, nunca más nos hemos separado”, dijo con cariño.
Ahora, como en toda pareja, hay cosas que comparten y otras que no.
Por ejemplo, Ralph tiene una participación más activa con la comunidad; en especial, cuando hablamos del Pride, el cual tiene un espacio muy importante en su corazón, ya que, más allá de ser uno de los organizadores, le dio un espacio para demostrar quién es.
“Es muy diferente verlo desde afuera a estar ahí y participar. Yo asistí hace 15 años por primera vez, y no te voy a decir que fui con una expectativa bonita.
“Iba con muchísimo miedo; miedo a qué iba a hacer la gente, si nos iban a golpear, si nos iban a gritar, si nos iban a tratar mal, pero fue todo lo contrario”, celebró.
“Es muy lindo ver cómo las familias van desde temprano, se sientan alrededor de las calles con sus hijos, se toman fotos y nos saludan. Es un día importante, porque por un día, sentimos el amor de nuestro pueblo”.
Especial
Ahora, como dijimos desde el inicio, el Pride de este año es aún más especial para esta pareja, ya que, por primera vez, van a marchar juntos en público.
Y Erick nos contó por qué hasta ahora se animó a hacerlo.
“Podría decirse que siempre he sido un poquillo como más miedoso con respecto a este tema.
“Muchos años atrás me daba miedo, me daba pena y hasta vergüenza que me vieran en público. Entonces, en los primeros años de la marcha, me asustaba mucho el hecho que me vieran y me reconocieran”, admitió.
Pero este año, las cosas son distintas, pues tiene a Ralph para que lo acompañe y superar juntos ese miedo.
“Estoy supercontento y, realmente, emocionado por poder ir a apoyar a la comunidad, estar con mi pareja y hacerlo visible”, dijo Erick.
“Me siento mucho más apoyado. Como Ralph está en la organización, conozco a la mayoría desde hace años, entonces sé que me voy a sentir seguro.
“Siento que, a pesar de que hay mucha gente que todavía está en contra, suman más los que te aceptan, te valoran y te quieren; entonces, creo que voy a estar tranquilo y feliz de participar”, comentó con cariño.
“Para mí es algo sumamente emotivo”, metió la cuchara Ralph. “Es el amor de mi vida y me siento como chiquito de 15 años, superemocionadísimo de saber que, por primera vez, va a poder ser parte de algo tan importante, y de que vamos a poder caminar por la calle tomados de la mano como pareja”.
Legado
Como les comentamos al inicio, este año se celebra el 16º aniversario del Pride y, a lo largo de todos estos años, los organizadores han luchado a capa y espada para seguir con la tradición.
Lo que pocos saben, es que en realidad el Pride nació, al menos en Costa Rica, en 2008 y la idea era ofrecer un espacio seguro para la comunidad.
“Se decidió empezar a hacer el Pride en Costa Rica, porque en ese momento, y aún en la actualidad, aunque ya hemos avanzado bastante, había una situación de persecución muy fuerte hacia la población LGTBIQ+”, explicó Geovanny Delgado, organizador de la marcha.
“En ese entonces empezaron a surgir ciertos grupos conservadores en el ambiente político y había una necesidad de visualizarse”.
Ese primer Pride no fue ni la sombra del evento masivo que es hoy en día.
“En el primero no llegó tanta gente, a lo máximo fueron como 75 personas que salieron, y con muchos nervios, porque era como exponerse a una sociedad que en ese momento marcaba a la gente y la señalaba por cualquier tema”.
“En el segundo llegaron como 500 personas, igual con mucho temor a exponerse en las calles, porque empezaron a darse movimientos muy fuertes de discriminación en bares, discotecas y hasta trabajos”.
Lo que nadie puede negar, es que ese primer Pride fue un faro de luz para una comunidad que estaba desesperada por ser reconocida.
Según explicó Geovanny, la gente empezó a agarrar confianza y organizaron una marcha llamada “Marcha de los Invisibles”, que vino a cambiar para siempre el rumbo del país.
Tuvo tanta aceptación que las personas perdieron el miedo a salir a las calles y, ya para el 2010, se comenzaron a sumar otras luchas sociales, convirtiendo el Pride en el evento masivo que conocemos hoy en día.