Luisa y Marta, quienes prefirieron no dar sus nombres reales para evitar represalias, son dos profesoras que trabajan para el Ministerio de Educación Pública (MEP) que se cansaron de las malas condiciones en la que tienen que trabajar los docentes.
Por esa razón, hablaron largo y tendido con La Teja, contándonos todo lo que aseguran sucede dentro de las aulas y tras bambalinas y que el resto de ticos no se dan cuenta.
Quizás, lo que más molesta a estas dos docentes es la enorme carga laboral que recae en sus hombros y que las obliga a tomar de su tiempo libre, para sacarla adelante.
“La sobrecarga de trabajo, más que todo con trabajo administrativo, es bastante. Nosotras somos de tres escuelas y tenemos que elaborar el planeamiento.
“Eso nos toma aproximadamente una semana, y tenemos que hacerlo fuera de horario laboral”, reveló Luisa.
Y esa es solo la punta del iceberg.
LEA MÁS: Esto es lo que pasará con los comedores estudiantiles estas vacaciones de medio año
Maestros ponen dinero de su bolsillo
Para que se haga una idea, la semana anterior, la Universidad Nacional (UNA), llevó a cabo un foro llamado “Situación docente en el MEP: voces desde la práctica, el sindicato y la academia”, en el cual diversos sindicatos y académicos salieron a denunciar ciertas situaciones que viven los maestros dentro de las aulas.
En total denunciaron cinco situaciones que le ponen los pelos de punta a cualquiera.
La primera, como ya la dejaron en evidencia Luisa y Marta, es el sobrecargo laboral ya que, además de enseñar, a los profesores se les satura con trabajo administrativo, protocolos, actividades extracurriculares y más.
La segunda situación es la inclusión sin apoyo, donde el MEP cada día exige una mejor atención a los estudiantes con necesidades especiales, pero sin recursos ni tiempo suficientes.
La tercera situación, muy de la mano con la anterior, es el deterioro de los salarios.
Según los denunciantes, en los últimos cinco años, un maestro ha perdido un 17.55% de su salario. Veámoslo con un ejemplo, si un docente ganaba ¢500 mil, ahora estaría quedando con un salario de ¢412,250, aproximadamente.
LEA MÁS: MEP elimina importantes lecciones que podrían afectar el futuro de los estudiantes
La cuarta situación, son las desigualdades regionales, donde las zonas rurales, los territorios indígenas y las zonas urbano-marginales, tienen condiciones mucho más difíciles.
Y por último, se denunció que el MEP no le ofrece a los maestros oportunidades para mantenerse actualizados, afectando a los estudiantes que necesitan de un currículum actualizado.
En La Teja le consultamos al MEP sobre este foro y las denuncias hechas, pero al cierre de esta nota no recibimos respuesta.
Desde adentro
Luisa y Marta nos abrieron las puertas de sus clases y nos confirmaron lo que tanto temíamos: las denuncias que se presentaron durante el foro, son reales y, el mal llamado papeleo, es la pesadilla de las profesores.
“La carga administrativa es increíble. Por ejemplo, en la escuela se manejan comités para hacer todo lo que tiene que ver con el plan anual de trabajo, y todo eso se supone que le corresponde a la administración, pero al final nos ponen a nosotros a hacer todo el trabajo”, reveló Luisa.
“Mi escuela es pequeñita y somos pocos docentes, no pagan extras y tenemos que hacer el planeamiento, informes, evaluaciones y, todo fuera de nuestro horario laboral, sacrificando a nuestras familias”.
“Y no solo eso, tenemos que estar haciendo evaluaciones en vacaciones porque no hay tiempo, a veces los jefes escriben fuera de horas laborales para pedir cosas de urgencia”.
Por su parte, Marta nos comentó de una situación que la tiene muy preocupada: la falta de materiales dentro del aula.
LEA MÁS: El MEP tiene planeado un cambio para el 2026, que afectaría a miles de estudiantes
“La falta de materiales para trabajar... es muy limitado. O sea, uno entiende que estamos hablando de educación pública, pero yo trabajé en escuelas rurales, y las limitaciones económicas son increíbles, hasta papel higiénico hay que poner”.
“Yo en este año, solo he recibido una resma de papel, que son 500 hojas.
“Desde hace como dos años se viene dando una reducción en el presupuesto. A veces piden dinero para una actividad y de 20 niños, solo 10 ponen plata, entonces de nuestro bolsillo sale mucho dinero”, lamentó.
“Si un niño no tiene ni un lápiz de grafito, ¿con qué corazón le va a decir uno que no?“.
Además, ambas docentes están de acuerdo en una cosa: el salario ya no da y las carga laboral es demasiada.
“Desde que se aprobó la Ley del Plan Fiscal, hay un congelamiento salarial, no nos dan aumentos y hay un rezago”, dijo Luisa.
“Es cada vez más la sobrecarga, nos piden una cosa, luego otra, hay estudiantes que son una malacrianza y a veces los papás piensan que uno es la niñera o no sé qué”.