Shirley Poveda tiene cuatro años de usar el hábito de la Virgen del Carmen, una especie de vestido café parecido al que usan las monjitas.
Las mujeres que se lo ponen lo hacen para agradecerle o pedirle un favor a la madre de Dios, en el caso de ella se debe a un milagro personal y familiar que prefiere reservarse.
La primera vez que esta vecina de Oreamuno de Cartago se puso un hábito lo usó tres meses seguidos, luego fueron cinco meses y ahora lleva dos años consecutivos usándolo, de hecho los cumple hoy 16 de julio, día en que se celebra a Nuestra Señora del Monte Carmelo.
“Es una manera de agradecer porque usarlo es como representar el amor de Dios a través de María Santísima que intercedió por mí en la petición. Es una manera de venerar a la Madre por medio de un símbolo. Es algo regalado por Dios”, comentó la devota, de 38 años.
En estos dos años no ha dejado de usarlo ni un solo día, se lo pone desde que se levanta hasta que se acuesta. Hasta ha ido a Puntarenas y a las piscinas con su traje. Solo hay dos momentos en que se lo quita: para dormir y de 4 a. m. a 6 a. m., que va a hacer ejercicio, pero ella aclara que le pidió permiso a la Virgen para usar ropa deportiva, apenas llega a la casa se baña y se pone la vestimenta carmelita.
“Yo lo respeto mucho porque así soy con las cosas de Dios y el compromiso que tengo con la Virgen”, explicó.
Shirley tiene seis vestidos que se los hace una vecina: tres de manga larga y tres de manga corta. De esos, dos los usa para labores diarias, dos para salir, uno para ocasiones especiales como este 16 de julio y uno que guarda con cariño porque lo tejió con sus propias manos. Antes de ponérselo cada mañana hace una oración para ser digna de llevarlo.
Al ser una prenda que usa a diario debe cuidarla bastante, por eso todos los días los lava ya que es una tela muy pesada y oscura. Lo hace a mano y los tiende en la sombra; el bordado que lleva en el pecho lo cuida mucho. También se cuida de plancharlos al revés para que no se le ponga brilloso y no acostarse con ellos para que no se le llenen de pelillos.
Shirley ya no compra ropa normal, por llamarla de alguna forma. De hecho, el día que empezó a usar el hábito la regaló toda ya que no hace nada teniéndola guardada.
“Me han invitado a fiestas de cumpleaños o matrimonios y he asistido con mi vestido. El año pasado mi sobrina me invitó al baile de graduación del colegio y acepté siempre y cuando pudiera asistir con mi hábito y así fue”, contó la devota que ha tenido el apoyo de su familia en esta decisión y quien reconoce que no falta quién la critique.
Ella comentó que una persona que lo quiera usar debe ser consciente que es algo de mucho respeto que no se usa para exhibirlo o para ponérselo y quitárselo a cada rato.
Toda una vida
Doña Elba Molina es otro ejemplo de esas personas que decidieron usar permanentemente el hábito del Carmen. Esta vecina de Bajo las Cañas en Alajuela tiene 81 años y desde hace 45 años usa el vestidito.
De pequeña, su mamá le puso el traje por un problema de asma que tenía, pero con el tiempo lo dejó de usar. Hace 45 años retomó la tradición porque tenía una cita para descartar un tumor entonces le prometió a la Virgen usarlo si todo salía bien.
“Tengo solo uno porque estando en la casa no lo uso, solamente cuando salgo. Este vestido lo cuido mucho, lo tengo bien guardado en el ropero. Eso sí, los he tenido que cambiar porque son muchos años de usarlo, las telas han cambiado mucho con el tiempo”, comentó la señora, quien lo tenía más que listo para la celebración de este domingo.
Doña Elba es madre de 5 hijos, tiene 12 nietos y 6 bisnietos. Ellas recordó que su mamá era superdevota de usar el hábito del Carmen.
“A mi madre, doña Otilia Bolaños, la recuerdo únicamente con el hábito, nunca se lo quitaba, solo para lavarlo. Ella nunca se puso otra cosa que no fuera eso, mi mamá no tenía ropa, solo era el hábito”, contó doña Elba.
Sigue fuerte
El padre Carlos Abarca, párroco de Santa Lucía de Barva, en Heredia, aseguró que esta tradición sigue siendo fuerte en la Iglesia.
“Es una tradición que se mantiene, usted puede ver que prácticamente en todas las parroquias hay alguna mujer que usa el hábito. Hay algunas que los usan todos los días, otras en algunos momentos o solamente para estos días por ser la fiesta de la Virgen”, comentó el padre.
Abarca explicó que efectivamente el uso de este vestido es para pagar una promesa o pedirle un favor a la Virgen del Monte Carmelo. Sea algo para uno o para un familiar.
Además comentó que antes de que las mujeres lo empiecen a usar son bendecidos por un sacerdote y se le entregan a la persona con el compromiso de que lo usará dignamente.