Don Mauricio Agüero descubrió hace tres años un talento que tenía muy oculto: es un gatazo haciendo carritos de madera que quedan igualiticos a los de verdad, pero prefiere esos chuzos que están en vías de extinción.
Su brete es tan detallado que dura varios meses en confeccionar uno de estos vehículos a escala, de ahí que le da mucha vuelta a la jupa sobre a cuál modelo entrarle.
Los modelos que escoge principalmente son carros viejos, de esos que se ven poco en la calle y que gracias a este artistazo vivirán mucho tiempo más. Claro, también ha hecho uno que otro más nuevo.
Además, busca hacer vehículos a escala que no sean tan fáciles de conseguir en comercios.
“Cuando empecé con esto quería hacer un Vocho pero pensé que de esos hay muchos en venta, en eso vi un jeep Willys que era de un carnicero. Entonces pensé que se podía ver bonito en madera”, comentó el vecino de Puriscal.
Una vez que tuvo listo el Willys se lo empezó a enseñar a los compas y entonces un mecánico se picó y le dijo que le hiciera una réplica de su Toyota Land Cruiser. Al principio no quería ya que no estaba seguro de poder hacerlo igual pero al final se mandó al agua y el resultado fue muy bueno.
Otro clásico que copió en madera fue el Datsun 1500, un pick up muy famoso.
“Mi esposa fue la que me dijo que hiciera el Datsun porque es mi carro, entonces un día me dije que lo iba a hacer y ahí está”, comentó.
Y precisamente esa es una de sus creaciones más bonitas ya que cuando uno los ve juntos parece estar viendo a un par de gemelos, solo que uno es más grande que el otro.
El mini Datsun tiene cada uno de los detalles del original. Las llantas, asientos, pintura y todo es igualitico. El hombre cuida todo.
También ha hecho otros carros, camiones y hasta grúas. Todos tienen en común que son réplicas exactas.
A puro cálculo
Don Mauricio, quien es nicaragüense, cuando vino al país anduvo por un montón de bretes hasta que llevó un curso de electricidad para carros y empezó a dedicarse a eso.
Hace tres años fue que empezó con esto de los carros para ver si se ganaba algunas tejitas adicionales.
“Yo nunca había trabajado en madera pero comencé y no me fue mal, lástima más bien que no descubrí ese talento antes”, aseguró.
El problema es que aunque sus carritos son bien chuzos, aún no ha podido tener frutos económicos ya que la gente no tiene paciencia para esperar los meses necesarios para que el brete esté listo y mucho menos están dispuestos a pagar lo que vale.
Para que se haga una idea. Hace poco hizo un camión Nissan UD por el que cobró más de tres tejas. No todo el mundo está dispuesto a pagar ese monto, pero sin duda lo vale.
Con solo ver el vehículo original y algunas fotos empieza a darle forma. No usa medidas ni nada por el estilo, todo lo va haciendo a puro ojo pero el resultado es como si hubiera tenido una guía.
Ahorita le anda haciendo números a cuál será su próxima creación. Si se lo topa dígale que le haga el suyo, a lo mejor lo inspira y se lo clona.