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¿Qué hacer si su vecino arma fiestas escandalosas?

Llame a la Policía para actuar de inmediato

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Si la fiesta de sus vecinos se extiende a altas horas de la noche, llame a la policía. Foto: Shutterstock.com (Blend Images/Jill Giardino)

Diciembre es un mes en el que abunda la fiesta, pero nunca falta un vecino que se pase de la raya con la bulla y no deja dormir a los demás.

Por eso, si usted vive en un barrio donde hay algún desconsiderado de patada larga queremos que esté preparado y sepa qué hacer para frenarlo en seco y así poder descansar plácidamente como merece.

Lo primero que tiene que saber es que no importa la hora que sea, usted puede llamar a la Policía en el momento que crea que le alteran la paz que necesita para descansar, así sean las 8 a. m. 3 p. m. o 10 p. m.

Si la pega de chorizo está con la música a todo volumen llame a la delegación policial más cercana para que manden una patrulla y los pongan en cintura.

Eso fue lo que aplicó Maribelle Quirós, vecina de Tibás el pasado 14 de diciembre, cuando uno de sus vecinos, a medianoche, no solo tenía la música a más no poder, sino que gritaba en un karaoke: ¨Hola vecinos¨... ¿así o más cascarudo?

La experiencia de ella la podemos poner en práctica todos.

“Cuando llamé, el oficial que me atendió me quiso inducir a error y me dijo que ellos no atendían denuncias, que esas solo las hace el Ministerio de Salud. Yo lo que quería era que me mandaran una patrulla para acabar con ese escándalo y poder descansar tranquila esa noche, pero imagínese que yo me hubiese quedado con lo que el oficial me dijo y el otro sigue con el escándalo toda la noche”, contó Quirós.

Y póngase vivo, porque si en la Fuerza Pública le dicen que la patrulla anda atendiendo algún otro incidente, está bien, no llegarán de inmediato, pero le tienen que llegar cuando se desocupe.

No se deje que le interrumpan el sueño con el escándalo, defienda sus derechos. Foto: Shutterstock.com (Shutterstock.com)

Caso extremo

Lo que le pasó a doña Maribelle no es nada comparado con lo que viven los vecinos del bloque H del residencial Cartago, en el centro de la Vieja Metrópoli.

Desde hace casi dos años se mudaron unos inquilinos a una de las casas de ese bloque y comenzaron las fiestas, las cuales arrancan entre las 10 p. m. o las 12 a. m. y las extienden hasta las 4 a. m.

Y lo peor es que no importa el día de la semana que sea, porque ellos se la pegan un sábado o un martes por igual.

Los que deben lidiar con el escándalo son los vecinos a quienes les toca ir a trabajar o a estudiar al día siguiente todos trasnochados pues aunque llamen a la Policía y estos lleguen a atender el incidente, los agazapados bajan el volumen, pero cuando la patrulla da media vuelta la pachanga vuelve a salirse de control.

“Intentamos primero hablando directamente con ellos, pero nos reclamaron que por qué fuimos a reclamarle a sus hijos. Luego lo intentamos con el dueño de la casa, que tampoco fue muy colaborador. Pusimos la denuncia ante el Ministerio de Salud y en los Tribunales porque también ha habido amenazas contra mí y mi familia y hasta un recurso de amparo que nos dio la razón, pero aún seguimos con el problema”, indicó el brumoso, quien prefirió no publicar su nombre para evitar más problemas.

La fiesta más reciente fue hace ocho días y la música la pusieron tan duro que hasta cimbraron las paredes.

Si se sintió identificado, puede interponer la denuncia en el área de salud más cercana (hay una en cada cantón) o vía Internet, llenando el formulario en la siguiente dirección: https://www.ministeriodesalud.go.cr/index.php/contactenos/consultas-telefonicas-o-e-mail/5-denuncias

Recuerde que a partir de este 20 de diciembre todas las instituciones estarán cerradas, por lo que la única forma será mediante la web.

“La policía de proximidad debe levantar un acta de observación donde describan todo lo que vieron y llamarle la atención a los vecinos que estén incomodando a los demás. Si después de que se van suben de nuevo el volumen debe llamar de nuevo para que regresen, hagan otra acta y le adviertan a los bulliciosos que si no hacen caso se les acusará de desobediencia a la autoridad”, explicó el director de Legal Center Abogados, Pablo Solano.

Las personas que desobedezcan la autoridad se exponen a una pena de cinco a treinta días multa (salario base de un profesional 1 del Poder Judicial) por desobediencia a la autoridad según el artículo 396 del Código Penal.

Para que tenga una idea, una persona que gana ¢350.000, si lo multan con cinco días, tendría que pagar 29 rojitos de castigo y si no paga, también puede ir a dar a la cárcel.

Decomisos

Karen Fernández

Karen Fernández

Periodista con una licenciatura en Producción de Medios. Forma parte del equipo de Nuestro Tema y tengo experiencia en la cobertura de noticias de espectáculos, religiosos, salud, deportes y nacionales. Trabajo en Grupo Nacion desde el 2011.

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