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Que no se nos olviden los 4.387 bebitos fallecidos en el país en los últimos 14 años

Este 15 de octubre se conmemora el Día Mundial de concientización sobre la muerte gestacional, perinatal y neonatal

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A finales de agosto del 2014 a doña Mónica Ureña y su esposo, don Jeffrey Soto, les dieron una muy mala noticia en una cita de control de su embarazo: le detectaron una condición que es llamada reloj de arena, o sea, que su útero no soportaría el embarazo y por eso la internaron el 1 de setiembre.

Once días después y con 27 semanas de gestación nació Luciana Soto Ureña, pero como nació antes de las 28 semanas se considera un nacimiento prematuro extremo.

Los doctores del Hospital Calderón Guardia les dijeron a los papás, incluso antes de que naciera, que Luciana tenía un 50% de posibilidades de vivir.

En Costa Rica, en los últimos 14 años, se registran 4.387 muertes gestacionales, perinatales y neonatales. Solo en tiempos de pandemia (años 2020 y lo que vamos del 2021) han fallecido 457 bebitos -252 en el 2020-), según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC)

“Hubo días muy complicados y días de mejoría. En total mi Luciana vivió 27 días solamente. Le detectaron un soplo en el corazón y le pusieron medicamentos para cerrarle ese soplo; esos medicamentos le provocaron una hemorragia pulmonar.

“Nosotros (los papás) teníamos visita en la mañana, tarde y noche, pero no era más de una hora en cada visita. Por ser una bebita prematura extrema no les permitieron sacarla de la encubadora en la cual estuvo (en la sección de Neonatos del Calderón Guardia) desde que nació.

“Como en dos ocasiones nos dejaron meter la mano para tocarla. Me la dieron para tenerla en mis brazos cuando se puso mal y después se la pasé al papá. Fue en brazos del papá que falleció (el 9 de octubre del 2014)”, recordó doña Mónica, quien en aquel año tenía 25 años de edad.

En el 2015 doña Mónica y don Jeffrey crearon la Asociación Por Amor a Nuestros Ángeles Costa Rica (teléfono 8913-7835) porque cuando falleció su bebita conocieron a varias familias que pasaron por lo mismo y entendieron que el apoyo entre estas familias era fundamental para superar la pérdida.

Como todos los 15 de octubre se conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre la Muerte Gestacional, Perinatal y Neonatal, conversamos con esta valiente pareja.

Ureña dice que para celebrar este acto las familias por lo general incluiyen velas, globos, plantan un árbol, entierran una caja de recuerdos y presentan ofrendas florales como formas de conexión con aquel angelito que no está.

La pareja considera que el tema de la muerte de un bebito antes de nacer o recién nacido no es muy conocido entre las familias y por eso se cometen errores con los papás dolientes.

“Algunos familiares, e incluso amigos, pueden creer que porque un bebé no nació entonces no duele tanto o que, por fallecer tan pequeñito, es menos el golpe. Incluso en matrimonios jóvenes la gente se deja decir que por dicha les pasó tan jóvenes porque así pueden tener otro bebé que sustituya al fallecido. Están los que no dicen nada de nada por temor a lastimar a los papás y termina uno creyendo que se olvidaron del bebito que falleció”, reconoce la mamá.

En estos momentos la Asociación tienen unas dos mil familias que mantienen comunicación y apoyo constante. Abrieron cinco grupos de WhatsApp con los familiares y un grupo es solo de papás que perdieron un bebito antes de nacer o a los pocos días de nacido.

En Costa Rica, en los últimos 14 años, se registran 4.387 muertes gestacionales, perinatales y neonatales. Solo en tiempos de pandemia (años 2020 y lo que vamos del 2021) han fallecido 457 bebitos -252 en el 2020-), según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC)

Muy común

La muerte fetal es mucho más común de lo que la gente podría pensar. Se calcula que unos 2,6 millones de bebés en el mundo mueren cada año antes de nacer (7,600 cada día).

En Costa Rica, en los últimos 14 años, se registran 4.387 muertes gestacionales (cuando el feto tiene más de 22 semanas en el vientre de su madre), perinatales (fetos de 28 semanas o más de gestación) y neonatales (cuando el bebé muere en los primeros 28 días de nacido).

Solo en tiempos de pandemia (desde el 2020 y hasta la fecha) fallecieron 457 bebitos --de esos 252 murieron en el 2020--, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

“La pérdida de un nonato representa para los padres una inmensa pena, un duelo cargado con una profunda tristeza, depresión, ansiedad y otros síntomas psicológicos que pueden aflorar y durar un tiempo muy prolongado”, comentó la doctora Magaly Bonilla Soto, profesora de Psicología de la Universidad Fidélitas.

Para nadie es un secreto que cuando los padres se dan cuenta que un bebito viene de camino, nacen en ellos sentimientos ligados a la imagen imaginada del futuro bebé. Se da un lazo emocional entre los padres y el nonato desde mucho tiempo antes de nacer.

El bebé, por tanto, no es sólo una extensión biológica de los padres, sino que también lo es a nivel psicológico, explicó la doctora Bonilla Soto.

En Costa Rica, en los últimos 14 años, se registran 4.387 muertes gestacionales, perinatales y neonatales. Solo en tiempos de pandemia (años 2020 y lo que vamos del 2021) han fallecido 457 bebitos -252 en el 2020-), según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC)

Respetar el duelo

La sicóloga de familia, María Ester Flores, recomienda un respeto total y profundo por parte de familiares y amigos de la etapa de duelo.

Deben recordar que los papás quedan muy impactados y es cuando les salen las emociones: llanto, silencio, en fin, cada persona es diferente.

“Hay que acompañar a los dolientes siempre preguntando qué quieren ellos porque el dolor ajeno se debe respetar.

“El tema de una terapia se debe analizar, no obligar, porque puede ser que del impacto al principio la pareja no está preparada, incluso se da la etapa de negación, no solo de la pérdida sino de ir a trabajar, estudiar. Se necesita invitar, motivar a sentir el dolor para un necesario desahogo”, reconoce.

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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