Selena Zúñiga hizo la romería este jueves y durante todo el trayecto hacia la Basílica de los Ángeles llevó en sus manos un globo blanco que simbolizaba al bebito que perdió hace mes y medio.
“Tenía seis semanas de gestación y a mi bebé se le paró el corazoncito. Iba a ser mi primer hijo”, expresó esta joven de 23 años y vecina de Coronado.
Zúñiga hizo la tradicional caminata junto a su mamá, Jacqueline Muñoz. Ambas iniciaron a las 3:40 a. m. cerca del centro comercial Plaza del Sol y llegaron a la iglesia a las 7:30 a. m.
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Durante el recorrido, la joven estudiante cuidó el globito con cada paso que daba, pues no quería que se reventara.
“Al inicio tenía un poco de temor, porque la pérdida es muy reciente y además, porque me hubiera sentido mal si se reventaba el globo. Afortunadamente, llegó hasta el final del recorrido”, añadió.
Una vez que llegó a la Basílica, Selena estaba lista para entrar de rodillas con él. Conforme se acercaba al altar del templo, tenía sentimientos encontrados y una vez que tuvo a La Negrita frente a ella, dejó que al globo se lo llevara el viento.
“Sentí que no me había despedido de mi bebé, se lo entregué a la Virgencita para que pueda estar en paz y para que yo también esté bien”, agregó.
Una fe intacta
Esta coronadeña también visitó a La Negrita para agradecerle por la salud, por la familia y para que la Virgen le de nuevamente la oportunidad de ser madre.
“Hago la romería desde que soy una niña. A pesar de lo que me pasó estoy bien, todo fue muy rápido, pero sé que hay muchas mujeres que pasan una situación similar a la mía y no se recuperan tan fácilmente. Afortunadamente, no tuve complicaciones”, afirmó.
Selena comentó que cuando se enteró de su embarazo, planeó la romería, pero en carro.
“Uno no espera que le pase algo durante el embarazo, pero debido a las circunstancias me animé y por eso hice el trayecto de la forma habitual. Al llegar a la Basílica, fuimos a la pila y aprovechamos para tomar agua bendita”, expresó.
La joven reconoció que cuando empezó la caminada no vio tantas personas, pero luego de pasar Recope ya encontró más grupos.
“Me sorprendió mucho ver la cantidad de gente que iba con nosotros. Sé que la fe mueve montañas y a pesar de las dificultades, no debemos perder la confianza en Dios y en la Virgen. Aunque a veces nos apartamos del Señor, sé que es la mejor medicina para todo”, finalizó.