Un jueves, después de la misa de las 7 a.m., doña Eika Hancork Grant se quedó un ratico más porque estaba expuesto el santísimo y fue en esa intimidad que le llegó una inspiración tan fuerte que terminó contagiando a varias de sus compañeras de iglesia.
Doña Eika es del barrio San Juan en el puro corazón de Limón. Es limonense de la pura cepa, tiene 42 años y ha sido católica y mariana toda la vida. Asiste a la catedral Sagrado Corazón de Jesús de Limón centro.
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“Cerca del santísimo estaba agradeciéndole a Dios y en eso volví a ver una imagen de la Virgencita que hay en la catedral que da justo a la entrada donde se expone el Santísimo y mientras la veía me dije ‘yo podría hacerle un vestidito a Virgencita ¿por qué no?’.
“Justo atrás de donde está la Virgencita hay un vitral y la luz reflejaba muchos colores y de inmediato también dije ‘ok, haré el vestidito y tendrá muchos colores y bien alegres; lo haré con tela afro”, recordó la limonense.
Doña Eika es doctora en el área de Salud de Limón y con gran fe y devoción asegura que ha visto la mano de Dios y la Negrita cientos de veces en su trabajo como médico general, por eso es bien devota de la Patrona de Costa Rica.
Pastoral motivada
“Cuando sentí ante la exposición del Santísimo que quería hacer un vestidito me surgió una gran duda porque yo no coso. Comencé a buscar y me fui donde una costurera con la idea en la cabeza. Siempre admiré los vestiditos, me encantaron los del año pasado por los 200 años del patronazgo de la Virgencita.
“Se buscó una costurera católica que tuviera conocimiento de la Virgen y entendiera su inspiración, después llevé la idea a la pastoral de la parroquia limonense porque sé que hay varias artistas y así aumentó la motivación”, comenta.
Y no fue en vano, doña Eika motivó a sus compañeras y tres más se pusieron manos a la obra e hicieron sus propios vestiditos. A partir de esa motivación vinieron las carreras para ella, visitar la costurera, arreglar aquí, coser por allá y así logró presentar tres vestiditos a la diócesis.
“Mi gran alegría es que la pastoral de la parroquia de Limón al final presentó cuatro vestiditos de tres integrantes y en los finalistas quedaron dos, algo que me llenó demasiado porque los hicimos gracias a la inspiración del Santísimo” reconoce doña Eika.
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“Alma caribeña”
Monseñor Javier Román Arias, obispo de Limón, explicó con alegría que los 33 diseños que se presentaron, todos, estaban llenos de “alma caribeña”.
La diócesis limonense fue la encargada este 2025 de vestir a la Negrita todo el año. Un vestidito será el elegido el próximo 1 de agosto y este protegerá la imagen de la Virgencita del velo metálico que se le pone.
“El pasado martes 15 de julio, con profundo amor mariano, creatividad caribeña y un fervor que une generaciones, se llevó a cabo la selección preliminar del vestido que portará la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles durante el próximo año.
“Un total de 33 propuestas fueron confeccionadas por fieles de distintas comunidades, quienes pusieron al servicio de la fe su talento, su tiempo y su corazón.
Cada diseño fue una manifestación de devoción viva, donde se entrelazan las historias de familias que oran, sueñan y trabajan juntas por amor a la Reina de los Ángeles, Patrona de Costa Rica”, explica Monseñor.
Entre los elementos que destacaron en los vestidos presentados se encuentran símbolos representativos del Caribe como la fauna tropical, la cultura afrodescendiente, la riqueza agrícola, la alegría del mosaico étnico y el espíritu jubilar de nuestra Iglesia.
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Todo ello se reflejó con fuerza y sensibilidad en telas, bordados y colores que hablan desde el alma del Caribe costarricense. Seis vestiditos se seleccionaron como finalistas.
“En cada diseño, en cada hilo, en cada oración tejida, resuena el eco del corazón creyente de un pueblo que no deja de confiar en su Madre. Que esta expresión de arte, fe y esperanza siga fortaleciendo nuestra identidad como Iglesia viva, alegre y caribeña”, comenta monseñor Román Arias.
Familia y fe
Doña Sandy López Gardner es una de las compañeras de la pastoral que se motivó a hacer un vestidito, el suyo sí es uno de los seis finalistas.
“No soy artista, no soy costurera, entonces pedí ayuda para entender qué ponerle. Me motivé como un reto de que sí podía hacerlo. Cuando leí el documento de la diócesis sobre los vestiditos entendí que María es el centro.
“Sentí en mi corazón, y siento, que María representa la familia, la fe, la inspiración. Le puedo asegurar que sentí la mano de la Negrita guiando mis manos, ella fue la que dirigió todo lo que iba haciendo, lo que iba pintando.
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“Le debo demasiados favores a mi Virgencita por eso también lo hice como agradecimiento”, asegura esta vecina de la urbanización Siglo XXI de Limón centro.
El Santísimo inspiró, María guio cada puntada y en la pastoral limonense se pusieron manos a la obra entre colores, esencia Caribe, fe y gran devoción.