Nos encontramos en el puro corazón de la basílica de nuestra señora de los Ángeles en Cartago a doña Karla Soto y a don Efrén Méndez.
Cuando los vimos, don Efrén entraba de rodillas con su bebé de 23 días, Enzo, en brazos. “Se lo voy a entregar a la Negrita”, nos dijo con tremendo orgullo, felicidad y fe.
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Lo dejamos que terminara el recorrido de rodillas, que presentara a su bebito ante la patrona de Costa Rica, y después conversamos con la familia. Doña Karla estaba con su otro hijo, Evan, quien tiene ya 6 años.
“Los doctores me dijeron que era casi imposible tener hijos, pero yo confié en la Negrita. Todos los doctores que me vieron me decían lo mismo, que yo tenía los ovarios llenos de quistes y que mejor me olvidara de tener hijos.
“De acuerdo con la medicina, yo jamás iba a ser madre, pero llegó un día en el cual le ofrecí una promesa a la virgencita de los Ángeles para que me hiciera el milagro de poder tener hijos y vea, siempre como son las madres que dan más de lo que uno les pide, no fue uno, son dos milagros.
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“Los doctores dijeron que no, pero mi Negrita dijo que sí”, nos contó, llena de una tremenda alegría, doña Karla.
Don Efrén nos confirma que ellos nunca le faltan a la virgencita, y todos los años la visitan para agradecerle que los volvió a ver y les concedió lo que deseaban.
“Aquí me va a ver usted cada año hasta el día que me muera. Usted no sabe lo duro que es que no uno ni dos, sino varios doctores le digan a uno que se olvide de tener hijos, pero llegó la Negrita y lo cambió todo”, comenta el papá.
Este domingo 20 de julio visitamos la basílica en Cartago para compartir con los romeros que desde el pasado sábado comenzaron a llegar donde la Patrona de Costa Rica.
Rosas blancas
La misa de las 10 de la mañana estaba a reventar y fue después de esa celebración que nos encontramos a esta familia de 4 y que la ciencia había dicho que solo iba a ser de 2.
Pero ellos no fueron los únicos que llegaron a los pies de la virgencita. También vimos a doña Adita Valverde, una puriscaleña de la pura cepa, quien le llevaba un ramo de rosas blancas a la Negrita. La acompañaba su esposo, Rafael Valverde, y la hija de ambos, Grace. Los tres entraron a la basílica hincados.
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“Siempre venimos donde ella, este año estamos con estas flores para agradecerle todo lo que nos da y para hacerle una petición por la salud de mi mamá. Sabemos que con fe la virgencita cumple”, nos explicó Grace.