La construcción de una villa deportiva ecológica en Escazú puso a Luis Sheik, el Doctor Árbol, a arrollarse las mangas para salvar nos palitos que peligraban por los trabajos que harán.
El asunto es que la municipalidad de Escazú va a construir en un terreno de 12 mil metros cuadrados en el que se encontraban árboles de hasta 30 años. Incluso se piensa que uno tendría 300 años, pero este se queda donde está.
Cortar los demás era una lástima, así que en lugar de eso, Sheik puso otra vez en práctica su técnica, que consiste en sacarlos con las raíces envueltas para sembrarlos después en otro lugar. En este caso se colocarán a las orillas de la propiedad para crear un corredor biológico por el que los animales puedan moverse.
Don Luis cuenta con 30 años de experiencia, es decir, sabe muy bien lo que hace.
Su técnica parece simple, pero no lo es para nada. Exige un trabajo muy cuidadoso para que los árboles se mantengan vivos mientras los sacan y los llevan a un hogar nuevo.
El primer paso es un hacerles un examen, se revisan el estado del tronco y las raíces, que deben estar sanas para que todo salga puras tejas.
Hongos a distancia
Si los gigantes elegidos pasan la prueba se les cortan las raíces a los lados. La más importante es la que está debajo y esa es la que más se protege.
"Luego se les pone un sellador que hago a veces orgánico con azufre y saimillo, si este último ingrediente no se consigue se hace otra mezcla con cobre, azufre y pintura de agua", explicó Sheik. La idea es que no entren hongos o bacterias.
Después la raíz se envuelve en sacos de yute y se alimenta al árbol con químicos que fortalezcan la raíz (enraizadores).
"Otro aspecto muy importante es mantener el este, donde le pegan los primeros rayos de sol al árbol. Esta posición no se puede cambiar en la nueva ubicación porque si no la savia no lo alimenta igual y lo obliga a adaptarse de nuevo, pero en ese proceso puede morir", dijo el experto.
El proceso debe ser rápido y se debe mantener húmeda la raíz; además, el terreno al que se va a pasa el árbol debe tener una composición parecida a la del suelo en el que estaba primero. Si no se cumple esto se debe llevar tierra del lugar original o fertilizar el nuevo espacio antes del trasplante.
Si en el proceso se pierden hojas lo que se usa es un fertilizante que se aplica a presión con ayuda de una bomba para promover el crecimiento de nuevas que tupan las ramas.
Sheik nos explicó que una vez que el árbol se coloca en su nuevo sitio se le echa fertilizante y abundante agua para que las raíces tomen fuerza y el árbol se mantenga con vida en su nuevo espacio.