La imagen del Cristo crucificado que habían colocado los sancarleños a la entrada del cantón para que les diera protección tuvo que ser retirada del lugar debido a daños causados los fuertes aguaceros que cayeron las últimas semanas.

De acuerdo con lo que explicó la diócesis de Ciudad Quesada, los baldazos que cayeron en la zona norte provocaron inundaciones, suelos saturados de agua, derrumbes y situaciones que ponen en peligro a las personas y también a algunas estructuras como en la que estaba el Cristo, por lo que la retiraron de ahí y la mandaron a la iglesia de Aguas Zarcas de San Carlos.

“A raíz de lo anterior, el sitio en el cual se ubica el emblemático Cristo, muy cerca del puente del río La Vieja, se falseó, se cayó el rótulo de bienvenida perteneciente a la diócesis de Ciudad Quesada y el terreno está muy suave”, explicó la diócesis mediante un comunicado.

Según la diócesis los daños son serios en el muro de contención ubicado detrás de la imagen, ya que se encuentra en muy mal estado y ya una parte se cayó. La base de concreto en la que está la imagen se reventó y el enrejado sufrió importantes daños.

“Por esa razón se colocó un rótulo con un llamado de prevención y se tomó la decisión de trasladar de manera temporal la imagen del Cristo al templo de Aguas Zarcas para protegerlo, por el alto significado que tiene para la comunidad”, asegura la diócesis.

¿Por qué un Cristo?

Es curioso que ni la propia Iglesia católica sancarleña tiene claro cómo y cuándo llegó el Cristo que los mantiene tan ocupados en este momento al pueblo de Sucre, pero varios sancarleños de la vieja guardia recordaron las leyendas que se contaban sobre el puente que sirve de límite entre el cantón de Zarcero y el de San Carlos.

El primer puente, el que los sancarleños conocen como el viejo, se construyó en 1936 (el nuevo se puso en 1994) y era de una sola vía, ya que tenía los accesos muy limitados debido a la complicada geografía de la zona, lo que hacía que el paso por este fuera bastante complicado para los camiones madereros o ganaderos.

Por eso era muy normal encontrar a choferes que manejaban estos chunchones con el camión varado a la entrada o en la salida del puente porque no tenían la suficiente experiencia para superar los obstáculos, por lo que su inexperiencia causaba importantes atrasos.

“En ese sitio ocurrieron varios accidentes mortales, lo cual ayudaba a generar más temor entre la población, lo cual sirvió de motivación para que algunas personas se aprovecharan y empezaran a inventar y contar historias sobre avistamientos de espíritus, de mujeres con trajes de novia buscando a su pareja, de autos fantasmas que perseguían con sus luces encendidas a los viajeros que iban en esta ruta y que al llegar al puente desaparecían”, explicó Elio Omodeo Chaves, profesor de la Cátedra de Historia de la UNED.

Ese tipo de leyendas fueron confirmadas por el medio de comunicación sancarleño El Norte Hoy.

“El puente viejo fue escenario de muchos accidentes vehiculares, por su estrecha estructura. También fue escenario de múltiples suicidios, porque tiene más de 50 metros de profundidad. Debido a todas estas tragedias se inventaron leyendas sobre avistamientos de luces de muertos, de mujeres vestidas de novia, entre otros (como duendes)”.

Fue por eso, ante tanta leyenda de espantos, accidentes, suicidios y fantasmas que la comunidad tomó la decisión de solicitarle a la Iglesia católica que les ayudara bendiciendo el puente y poniendo una imagen de Cristo para que protegiera al cantón desde su propia entrada.

No obstante, nadie logra aclarar las dudas con respecto a la fecha exacta en la que se puso el Cristo y la iglesia católica no tiene registros sobre la imagen ni de la bendición que se realizó en ese lugar.

Doña Flora Rojas, ministra de la comunión de la iglesia de san Miguel de Sucre, nos contó que ella escuchó que una familia donó el Cristo hace varias décadas porque un familiar falleció luego de chocar el camión que llevaba contra el puente. Según doña Flora esta es la versión que ella ha escuchado, pero no puede darla como cierta

“Me duele mucho el vacío que deja el Cristo para nosotros los de Sucre y para la protección de la zona, desde que se puso se acabaron los accidentes mortales en el puente, por eso hay que hacer algo para que regrese”, comenta.

Por su parte, doña Odilí Solís, también vecina del pueblito de Sucre, es una de las que en varias ocasiones se puso la pilas para ir a limpiar y poner puras tejas la ermita del Cristo.

“Hace muchos años nos organizamos para ir varias veces al año a cuidar la ermita, le pusimos mucho amor. Se debe remediar el problema de tanta agua que cae desde arriba para pensar en regresarlo a su lugar. Debe hacerse rápido porque la comunidad lo extraña mucho”, aseguró doña Odilí.

La diócesis de Ciudad Quesada informó que como signo de protección permanece una cruz blanca que desde siempre acompañó al Cristo en la ermita. Por ahora no se tiene fecha para volver a colocar la imagen en ese lugar, pero es un hecho que a los creyentes les hace mucha falta verlo.