El ciudadano costarricense es más maduro con la política que con las mejengas entre la Liga y Saprissa. El domingo fue el claro ejemplo.
Más allá de los que hicieron bulla con banderas y otros signos externos y estaban plenamente identificados con Carlos Alvarado o con Fabricio Alvarado, el grueso se mantuvo en silencio, masticó los factores, salió a votar calladito y eligió presidente sin tanto mate.
Este lunes se fue a la oficina, a la construcción, al supermercado o a donde tuviera que ir, sin hacer bulla, sin molestar al perdedor, con absoluto respeto por la decisión soberana.
Contrario habría sido si un clásico termina con una goleada, como terminó el conteo electoral. El bullying al perdedor sería terrible en estos momentos.
Dos analistas políticos aseguran que la madurez política del tico está en un nivel desde el cual no se fija en partidos políticos, sino en propuestas y en personas.
Francisco Barahona explica que la gente analiza con criterio independiente, sin estar amarrado a partidos políticos. “Ya se acabó la época en que mi familia es de tal partido y por eso yo voto por ese partido; sí hay, pero son minoría. La mayoría analiza, ve los factores en juego, sobre todo en las últimas dos semanas y dejó demostrada esa madurez democrática que ninguna encuesta pudo medir”, dijo.
Incluso, con un resultado tan contundente favorable al PAC, ni siquiera se prestó para hacer chota, explica Belisario Solano, porque ese margen no da pie a dudas.
“Hay gente que se expresa con signos externos y lo hace porque las elecciones son una fiesta, pero ahora hay crisis de partidos y la gente tiene un criterio más independiente que si usted los suma, dan esa manifestación”, dijo.
Este lunes, las calles lucían limpias, sin banderas de uno u otro bando, salvo una que otra excepción, lo que ratifica el grado de madurez.
LEA MÁS: Carlos Alvarado visitó la basílica de Cartago
Buena nota
Otra situación que causó cierta sorpresa fue el nivel de abstencionismo que hubo, que fue de un 33,54% hasta el momento, muy por debajo del 40% del 2002 y del 43,5% de hace cuatro años. Estas tres elecciones se definieron en segunda ronda.
Eso implicó que muchos costarricenses se vinieran de donde estaban vacacionando para poder votar.
Le sucedió a Johnny Soto, alajuelense que dejó Jacó bien temprano el domingo para votar. “El país es primero”, dijo.
Belisario Solano añadió que el costarricense tenía motivaciones adicionales para emitir el voto en esta ronda definitiva.
“Algunos no querían que la sociedad se radicalizara por un tema religioso y quedó demostrado que el aspecto de la discriminación, de la protección de los derechos humanos, la libertad de culto tiene su peso”, añadió.
Incluso dijo que en Cartago, donde vive, vio rótulos en casas de familia que decían "para poder entrar, no se va a hablar de política". "Así pudieron tener un encuentro en familia en orden y en paz", dijo.
Barahona destacó que ese comportamiento debe dejarles enseñanzas a los partidos tradicionales y señaló tres aspectos fundamentales. "Se acabó definitivamente el bipartidismo, se ha instaurado un régimen parlamentario, aunque formalmente sigue siendo presidencialista y tercero, y destáquelo, que los hombres y las mujeres usan la inteligencia para votar, es una combinación entre sentimiento y razonamiento".