Cada vez es más común escuchar a personas decir que están hartas de sus trabajos. Se quejan de las múltiples tareas que deben desempeñar, de las largas jornadas y esto les provoca ataques de ansiedad, mal humor, cansancio y en algunos casos, cuadros de depresión.

Recientemente, el investigador estadounidense Jeffrey Pfeffer publicó el libro “Muriendo por un salario”, en el que revela que el sistema de trabajo actual enferma e incluso acaba con la vida de miles de personas en el país norteamericano y en el mundo.

Pfeffer, profesor de la Universidad de Stanford dio a conocer en su publicación el caso del japonés Kenji Hamada, quien falleció de un ataque al corazón en su escritorio, en Tokio. Trabajaba 75 horas a la semana.

Aunque en el país no se registran casos de este tipo, expertos hacen un jalón de orejas a patronos y colaboradores, para que revisen la forma en como operan las compañías y tomen medidas, a fin de prevenir alguna desgracia.

Según datos de la Caja Costarricense de Seguro Social, en el 2016, un total de 77.769 personas se incapacitaron por trastornos depresivos, lo que representó para esa institución un gasto de ¢1.400 millones.

Por otro lado, en el Ministerio de Trabajo, del 1° de enero del 2018 al 15 de marzo anterior, se recibieron un total de 203 denuncias por hostigamiento y acoso laboral, de las cuales 110 se presentaron en el sector privado y 93 en el sector público.

Problema común

Gabriela Sagot, consultora en gestión del talento de Wise Human, manifestó que el mundo empresarial de hoy es incierto y reta a las compañías a volverse cada día más competitivas, ejerciendo una presión sobre el activo más importante que tiene, que son los empleados.

“Algunos de los principales problemas tienen que ver con las comunicaciones saturadas, ya no basta solamente con el teléfono o el correo electrónico, ahora es un WhatsApp 24/7, a la gente que anda en la calle se les persigue con GPS para medir lo que están haciendo, hay cargas de trabajo que no son iguales para todos y los colaboradores no descansan ni los fines de semana”, expresó.

La sicóloga laboral Gabriela Méndez indicó que en la actualidad, las empresas trabajan persiguiendo una meta y muchas veces, mientras se den los resultados esperados se deja de lado lo que representa para el colaborador trabajar por esa meta.

“Hemos caído en un sistema, en el que se pierde la sensibilidad, ya que al jefe no le importa lo que debe pasar su empleado mientras se logre el objetivo. Esto ocasiona un ambiente de mucho estrés, algunas personas registran pérdida de apetito o por el contrario, comen más, dolores de cabeza, hay negación a la hora de hacer algunas tareas”, explicó.

Similar a ellas piensa Carlos Sandoval, sicólogo del Hospital Nacional Siquiátrico, quien expresó que los niveles sostenidos de largas jornadas provocan un abandono en el tiempo de la familia, un descuido a las dinámicas recreativas de las personas y eso va pasando la factura a la salud de los trabajadores.

“Tanto las cargas de trabajo como el desempleo provocan diferentes enfermedades y se pierde la capacidad para sentir placer, la persona cae en desesperanza y se generan trastornos digestivos, apatía, migraña, así como un aumento en el consumo de sustancias como alcohol y tabaco.

"Con el paso del tiempo puede haber casos de depresión, lo cual no es una enfermedad física pero sí altamente incapacitante, ya que requiere suministro de medicamentos y apoyo sicológico y social”, añadió.

Señales de alerta

Para Méndez, la comunicación es fundamental para establecer un equilibrio y que los patronos generen a sus trabajadores las condiciones adecuadas para que haya un ambiente saludable en el brete.

“Si una persona siente que no lo está logrando debe pedir ayuda, la persona debe tener la confianza con su jefe para manifestarle el problema y por otro lado, el jefe debe revisar el entorno que rodea a la compañía. Las personas pasan mucho tiempo en sus trabajos y es importante que se sientan parte de la empresa y si los jefes no valoran eso, el trabajo no se realizará bien”, aseguró.

Gabriela Sagot afirmó que el personal de Recursos Humanos de las empresas es fundamental para detectar situaciones anormales y comunicarlas a los jefes. Indicó que no solamente se debe hablar de la situación, sino de la importancia de exponer los casos con números.

“Se deben buscar las condiciones para que las personas estén motivadas, si eso pasa la gente dará mejores resultados y estarán contentas con el trabajo”.

Volver a conectarnos con la gente

En criterio de Carlos Sandoval, es importante retomar la conexión con la gente, la necesidad de ver cómo están las personas que nos rodean.

“Hemos perdido la capacidad de sintonizar con los sentimientos de los demás. Debemos compartir más, guardar más los celulares, retomar las relaciones con la gente”, afirmó.

A esto, Sagot indicó que se pueden poner en práctica acciones que promuevan que el colaborador cuente con más espacios para ellos y sus familias.

“Algunas empresas tienen gimnasios, espacios de relajación y han acomodado los horarios para que los trabajadores equilibren las cargas”, manifestó.