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Sobreviviente: “Al cáncer siempre se le relaciona con la muerte”

Flory Gutiérrez ayuda, desde hace tres años, en Fundeso, a otras mujeres que pasan por el proceso

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Flory Gutiérrez es una mujer, de 62 años, sobreviviente de cáncer de mama.

Ella es sicóloga, vecina de Zapote y tenía antecedentes familiares porque una tía suya por parte de la mamá, había muerto de cáncer de seno.

Por eso, ella cada año desde que cumplió los 40, se hacía la mamografía y el ultrasonido para no repetir la historia familiar, sin embargo, en octubre del 2016, la aspiración de los quistes en su mama izquierda, que le hacía regularmente la doctora, arrojaron que algo no estaba bien.

Ahora, como sicóloga de la Fundación Nacional de Solidaridad contra el Cáncer de Mama (Fundeso), utiliza su experiencia para entender mejor los casos que contínuamente llegan a su lugar de trabajo y gracias a esa combinación de conocimiento y experiencia, las pacientes se sienten más tranquilas porque hay alguien que las entiende.

Pero, ese conocimiento no fue suficiente para doña Flory cuando le llegó la dura noticia y como cualquier ser humano enfrentarse a la una enfermedad que puede ser mortal, es muy difícil de asimilar.

“Soy sicóloga y se cree que por mi profesión es más fácil lidiar con el cáncer, pero no es así, yo no podía ni decir que tenía la enfermedad. Solo decía que tenía una pelotica, que me salió un tumor, que la biopsia era positiva, hasta que lo asimilé a los dos meses. Es una situación límite que le llega a uno a la vida de forma inesperada y es muy impactante porque el cáncer siempre va relacionado con muerte”, explicó doña Flory.

Para entonces, esta madre de cuatro hijas, tenía 57 años y su riguroso seguimiento anual le permitió identificar a tiempo cuando apareció la enfermedad, porque de lo contrario le pudo haber costado la vida.

Inesperado

“En realidad es muy impactante porque la verdad es que uno nunca espera esta noticia, cuesta digerirlo, porque uno cree que eso es algo que le pasa a otras”, confesó la psicóloga.

Por eso esta sobreviviente les recomienda a otras mujeres que a partir de los 40 años, no solo se hagan los exámenes, sino que lleven sus resultados a los expertos para que los evalúen.

“Hay que hacerse el autoexamen, no tener miedo, no descuidarse. Si un cáncer se detecta a tiempo puede prevenirse su metástasis a otros órganos. Con una detección temprana hay más oportunidades de sobrevivir, pero si dejan pasar mucho tiempo, ya poco se puede hacer”, reforzó Gutiérrez.

En principio la doctora le dijo que el proceso sería más sencillo, operaba, sacaba el tumor, le aplicaba una sesión de radio y volvía a cerrar, pero al operarla descubrió que el tumor se había extendido a los ganglios de la axila y al brazo izquierdo y le tuvo que hacer una cuadrantectomía, sacarle 30 ganglios, aplicarle 16 sesiones de quimioterapia y 30 de radioterapia. Y aún falta camino por recorrer.

“La alta la dan pasados diez años, todavía debo ir a exámenes y a citas. El año pasado me detectaron una pelotita, se hizo la biopsia y por dicha todo salió bien, pero ese fantasma latente del retorno del cáncer es algo con lo que las sobrevivientes debemos aprender a vivir, sin pasar atemorizadas por este”, comentó.

Flory hace un llamado a las mujeres más jóvenes, aquellas que están entre los 28, 30 y 35 años a que se revisen regularmente y si tienen alguna sospecha insistan en ser atendidas porque cada vez hay más casos de mujeres jóvenes diagnosticadas con cáncer de mama.

Duelos

“Cuando estás con cáncer te enfrentás a muchos duelos, el de perder la salud, el cabello, la autonomía porque dependes mucho de otros, el de perder parte de su femineidad, el de no trabajar… lo importante es saber que se va a pasar por ellos y tener confianza en poder superarlos”, aseguró la especialista y guerrera.

También el acompañamiento familiar es indispensable, sus hijas la ayudaron a buscarle pañoletas que le combinaran y cuidaron su alimentación.

“El salir a la calle al principio con el pañuelo es impactante, uno siente que todo mundo se le va a quedar viendo. Además, no se termina cuando sale de la operación, los cuidados se extienden mucho más allá y muchas personas no lo saben”, explicó doña Flory.

Explicó que el brazo se debe cuidar mucho para que no le de un linfidema (inflamación por la acumulación de líquidos), no se puede alzar peso, que no le saquen sangre de ese brazo, ni le tomen la presión, no puede cortarse, golpearse o quemarse, siempre está el riesgo.

Igualmente los efectos de la quimio dejan un cansancio permanente, dolor de piernas y de articulaciones.

Karen Fernández

Karen Fernández

Periodista con una licenciatura en Producción de Medios. Forma parte del equipo de Nuestro Tema y tengo experiencia en la cobertura de noticias de espectáculos, religiosos, salud, deportes y nacionales. Trabajo en Grupo Nacion desde el 2011.

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