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Sofía ora cada noche para poder caminar e ir a la escuela

Niña con hidrocefalia y sus papás se vinieron a Costa Rica en busca de un sueño

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Sofía tiene 6 años. Es una niña alegre, le gusta cantar, jugar y ya se sabe las tablas de multiplicar. Todos las noches, antes de dormir, hace sus oraciones y le pide a Dios que le dé la oportunidad de caminar y que en el futuro pueda ir a la escuela y patear una bola.

Sofi nació con hidrocefalia y su cabecita le mide 83 centímetros. Ella y sus papás son originarios de Managua, Nicaragua y el 16 de marzo pasado decidieron venirse a Costa Rica, con la esperanza de que su pequeña reciba un mejor tratamiento médico y hasta tienen la esperanza de que pueda ser operada.

“Esa fe y ese entusiasmo que tiene nuestra hija por vivir fue la que nos motivó a dejar todo en nuestro país y buscar una segunda opción que nos diga si tenemos posibilidades de mejorarle su calidad de vida. Ella tiene sueños y nosotros se los queremos hacer realidad”, manifestó Isabel Sosa, madre de la niña.

Una niñez delicada

Cuando Sofía nació a sus papás les comunicaron que tenía un ventrículo abierto en el cerebrito y que podría ser hidrocefalia. Con el paso de los meses, al no cerrarse el ventrículo, confirmaron que padecía hidrocefalia y al cumplir el añito le colocaron una válvula. Para ese entonces, su cabeza ya había empezado a crecer.

Sofía cumplió los dos años y su cabeza ya medía 83 centímetros, desde entonces no le ha crecido más. Su madre afirmó con tristeza, que en su país de origen no existen muchas alternativas en cuanto al tratamiento para la niña.

“La posibilidad de una cirugía no era contemplada, debido a que en los hospitales no cuentan con la tecnología para un procedimiento de este tipo. Otro problema que enfrentamos es que a su edad, Sofía no puede ir a la escuela porque los centros educativos para personas con discapacidad son privados y no tenemos los medios para pagar su educación”, afirmó con tristeza la mamá.

Todo por Sofi

La decisión de salir de Nicaragua no fue fácil. Allí dejaron a su hija mayor de 16 años con unos familiares y para hacer el viaje contaron con la colaboración de Víctor Rosales, el “Santa Claus Nica”, quien organizó una colecta y les donó el dinero recaudado.

Al llegar al país, Sofía y sus papás se instalaron en casa de unos amigos, en Puntarenas y allí han recibido la ayuda de algunas personas, quienes les han dado refugio y les han donado algunos de los productos que la niña necesita.

En este momento buscan la forma de poder ganarse el sustento en Costa Rica, pues no desean abusar del apoyo que les han brindado desde que pisaron suelo tico.

“En Nicaragua, mi esposo era chofer y yo vendía ropa usada. Debido a la situación de mi país, mi esposo se quedó sin trabajo y estaba vendiendo en los buses. A veces no nos alcanza la plata y el cuido de Sofía requiere de pañales, tomar únicamente agua embotellada y consumir un suplemento, pues necesitamos que sus defensas estén altas para que no se nos enferme”, agregó la mamá.

Panorama alentador

El miércoles anterior, a Sofía la atendieron en el servicio de Neurocirugía del Hospital Nacional de Niños. Su mamá se quedó sin palabras para describir cómo fue atendida su pequeña.

“Estoy muy feliz, tengo mucha esperanza. El neurocirujano nos dijo que más allá de su enfermedad, Sofía está muy bien. Su cerebro es el de una niña de su edad y la válvula que tiene colocada trabaja bien. Nos dijo que podría movilizarse por sus medios si se le consiguiera una silla de ruedas eléctrica y más adelante, podría ser operada para que camine solita”, afirmó.

Su mamá agregó que el doctor se mostró sorprendido, al ver que la niña está muy bien cuidada por sus papás.

"De verdad que cada minuto de mi vida lo dedico a velar porque Sofía esté bien. Su ropa se lava de forma especial, se alimenta con sustancias, todo lo que hacemos es para que ella viva bien.

Carlos Jiménez, subdirector del Hospital Nacional de Niños afirmó que a la pequeña se le dará seguimiento y tiene programada una cita en junio.

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