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Sueños le avisaron que se reencontraría con su papá a quien creía muerto

Desde hace seis años nadie sabía nada de don Juan Bautista Fonseca

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A Yeilyn Fonseca Altamirano se le alegró la vida cuando recibió la llamada que había estado esperando desde hacía seis años.

El Club de Leones de Turrialba la contactó para decirle que habían encontrado a su papá.

Juan Bautista Fonseca Camacho tiene 66 años, pero desde que tenía 60, sus familiares y conocidos no sabían nada de él, parecía que se lo había tragado la tierra.

Incluso llegaron a creer que había muerto. Eso hasta que unas vecinas de Canadá de La Suiza, en Turrialba, lo encontraron en una montaña.

Lo más increíble de todo es que dos semanas antes de que Yeilyn se enterara que su papá había aparecido, ella se soñó con él y el señor le decía que estaba vivo.

"Cuando yo era una bebé de año y medio, mis papás se separaron. Volví a ver a mi papá hasta que cumplí los 18 años, una tía nos unió y desde ese momento tuve una relación muy bonita con él, me di cuenta de que era un hombre bueno.

"En ese entonces yo vivía en Orosi de Cartago, pero me tuve que venir a vivir a Pérez Zeledón. Poco tiempo después de eso, tanto yo como mis otros familiares, perdimos todo contacto con mi papá. Me preocupé mucho y puse la denuncia en el OIJ (hace seis años), pero como nunca volvimos a tener información de él, creímos que había muerto.

“Yo lloraba mucho y siempre le oraba a Dios para pedirle que apareciera mi papá, se lo pedí con tanta fe que así fue. Unos quince días antes de que me llamaran para decirme que mi papá estaba bien yo me soñé dos días seguidos con él. En uno de los sueños me dijo que no me preocupara porque estaba vivo y en el otro yo estaba lavándole la ropa porque estaba conmigo”, recordó.

Vivía en un rancho

Pero entonces, ¿cómo encontraron a don Juan?

Yessenia Aguilar, presidenta del Club de Leones de Turrialba, vio hace un par de semanas una publicación que hizo Melanie Parra en Facebook, en la que contaba que había encontrado a un adulto mayor viviendo en pésimas condiciones en la montaña, por lo que necesitaba ayuda. Ese señor era el papá de Yeilyn.

"Yo me contacté de inmediato con ella (con Melanie), en un principio varios vecinos estuvieron visitándolo todos los días para llevarle comida y yo estuve coordinando con el hogar de ancianos de Turrialba para que lo recibieran, porque él había dicho que no tenía familia.

“Ya cuando nosotros lo entrevistamos, él contó que tenía una hija en Pérez Zeledón, pero que desde hacía años no tenía contacto con ella. Nos dio el nombre y nosotros la llamamos, ella se emocionó muchísimo porque creía que el papá estaba muerto y el saber que no era así le dio mucha alegría”, relató Yessenia.

Melanie se llevó a don Juan para su casa mientras coordinaban los detalles de cómo se lo iban a llevar para la zona sur, porque Yeilyn no tenía los recursos para ir a recogerlo.

"Coordinamos con un voluntario el viaje a Pérez Zeledón y nos llevamos a don Juan, Melanie nos acompañó porque él le tenía confianza. De camino pasamos a que él saludara a una hermana que nos había contactado y fue un encuentro muy emotivo, todos lloramos al verlos abrazarse.

“También pasamos a un supermercado y le compramos unas cositas al señor y a la hija porque vive una difícil situación económica y está esperando un bebé. También coordinamos con el Club de Leones de allá y ellos no dieron una cama para don Juan”, dijo la mujer.

Muy valiente

El reencuentro entre Yeilyn y su papá se dio el 14 de setiembre y desde entonces los dos viven muy contentos.

"Él es muy valiente, yo cocino con leña y él se va en las mañanas a buscarme la leña. Le encanta que le haga tortillas, atoles y sopas, gracias a Dios está bastante bien, aunque a veces le duelen un poco las rodillas.

“Él no ve de un ojito porque había recibido un golpe, pero no se queda quedito y siempre anda buscando qué hacer para estar ocupado. A mí lo que me preocupa es la situación económica porque yo alquilo casa y tengo tres hijos, de doce, ocho y un año, además estoy esperando el cuarto chiquito y apenas me alcanza para salir con los gastos. En noviembre va a nacer mi bebé y lo único que tengo para él son dos paquetes de pañales que me trajo la gente del Club de Leones, pero Dios nos va a ayudar”, dijo con fe la mujer.

La casa en la que viven es muy sencilla, tanto que no tienen sillones ni televisor, pero lo que sí sobra es el amor. Si usted quiere ayudar a esta familia puede contactar a Yeilyn al teléfono 6034-2900, también puede hacerle depósitos a ese número por medio de SINPE Móvil.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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