Si usted en Estero de Puriscal pregunta por don José Ángel Valverde, tal vez muy pocos le den razón, pero si pregunta por don Chepe, todo el mundo le hablará bellezas de un tatarabuelito de 96 años que es bien empunchado y todos los días se levanta de madrugada a bretear la tierra.
Don Chepe es un todo terreno y tiene unas ganas de trabajar todos los días que se la desean muchas mamás para esos ninis que tienen en la casa, que se levantan a las once de la mañana y lo único que hacen es pedir desayuno y jugar Play.
Curiosamente este ejemplar agricultor nació en 1920, un año fundamental para los trabajadores del país quienes hicieron una huelga nacional que terminó consolidando la jornada de ocho horas laborales.
Vivió cuarenta años en Santa Rosa de Chires de Puriscal y ahora está en Estero de San Antonio con su hija menor, Flor Valverde, quien lo chinea desde que enviudó hace casi tres años. Pasa bien atendido y por más que le dicen que descanse, él les responde que su descanso es el trabajo.
Los vecinos le tienen tanta fe a este agricultor que lo llaman siempre para que les trabaje en sus fincas, porque además tiene una mano que parece bendita, todo le pega y da frutos grandísimos.
“Mis hijos me chinean mucho, con ellos me siento muy feliz, sobre todo porque entienden el gran gusto que es el trabajo, poner la tierra a producir, ya ellos se acostumbraron a verme madrugar, coger mi machete, la pala, el cuchillo y la lima e irme a la un terrenito donde tengo maíz, frijoles, yuca, matas de chayote y ayote”, comenta don Chepe quien tiene 14 hijos, 49 nietos, 26 bisnietos y 1 tataranieto.
Cuando la gente le pregunta cuál es su secreto para llegar a los 96 años como un roble, de inmediato responde con una sola palabra, Dios. Por eso reza el rosario todos los días. Le encanta jugar dominó y es buenísimo, a sus hijos se los jamonea todos los días.
“Creo que no hay secretos, es solo ponerse con Dios, agradecerle todos los días y levantarse temprano, trabajar, ser ordenado con las comidas y dormirse tempranito, eso alarga la vida y le da a uno mucha salud”, explicó.
Chepito respeta los horarios por eso desayuna a las seis de la mañana, almuerza a las diez y media, cafecito a la una de la tarde y come a las cuatro y treinta de la tarde. Los domingos se levanta a las cuatro de la mañana, se baña y se va para misa.