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Templo Bíblico pataleó como Patrimonio Nacional

Chinos se pasearon en declaratoria al meterle pico y pala a primera iglesia no católica en Chepe

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El edificio del Templo Bíblico (ubicado en calle 6, entre avenidas 2 y 4 de San José) cayó en una desgracia tal desde que el pastor Reynaldo Salazar se lo vendió a los chinos, quienes le metieron mano con remodelaciones sin tener permisos, que ya el trámite de declararlo Patrimonio Nacional fue tirado a la basura.

A principios del año pasado todavía iba viento en popa el trámite de Comisión Nacional de Patrimonio, del Ministerio de Cultura, para declarar el Templo Bíblico como Patrimonio Nacional, un edificio que se construyó en 1929 y que por su historia tenía todos los números de la rifa comprados para que se obtuviera el reconocimiento.

La declaratoria de Patrimonio Nacional a cualquier edificio o construcción, público o privada, significa que el ministerio de Cultura designa recursos para su restauración, y la obra  debe mantenerse fiel, sin alteraciones, tal como fue su construcción original.

Sin embargo, en junio del año pasado todo cambió. El pastor Reynaldo Salazar vendió el edificio y menos de 22 días después, a principios de julio del 2016, una gran cuadrilla de peones llegó de la noche a la mañana al Templo Bíblico y comenzó a despedazar sus paredes a mazazo limpio.

En ese mismo mes de julio  alertamos a las autoridades  con una nota que cuestionaba cómo era posible que a un edificio de 1929 le estuvieran tirando abajo sus paredes sin ningún permiso a la vista y cuando ya se escuchaban runrunes de que estaba listo para ser declarado Patrimonio.

El gran referente de la Iglesia Evangélica costarricense, el primer edificio de una iglesia no católica en el Valle Central, cerró sus puertas y comenzó a ver cómo le abrían tremendas ventanas a sus paredes del  frente. La intención era remodelarlo para el inicio de funciones en agosto del 2016 como un mercado chino.

El edificio de 87 años, que se inauguró el 5 de mayo de 1929, pertenecía a la Asociación de Iglesias Bíblicas Costarricenses, fue vendido, extraoficialmente, en  $2 millones (unos ¢1.108 millones).

Inmediatamente después de que conocimos el caso de este edificio, consultamos al arquitecto Andrés Fernández quien se fue de espaldas cuando le dijimos a mediados del 2016 que al Templo Bíblico lo estaban haciendo picadillo.

“Me han dejado con el pelo parado y eso que soy pelón. No lo puedo creer... ¿me está vacilando?”, fueron las primeras palabras del arquitecto, quien se ha dedicado a investigar la historia arquitectónica del país y en especial la de San José.

“¿Cómo le dieron valor a ese edificio? Eso me gustaría saberlo porque ese edificio es invaluable, es una pieza de la historia tica que a mi criterio no tiene precio.

“El Templo Bíblico no solo es una exquisita obra arquitectónica sino que también tiene riqueza histórica: fue el primer edificio que albergó una iglesia que no fuese católica en el Valle Central, por eso hablo de que es difícil ponerle un precio”, nos comentó con el corazón hecho un puño.

Este viernes 19 de mayo, después de haber hecho la consulta sobre cómo avanzaba el trámite de declaratoria de Patrimonio Nacional del Templo Bíblico, nos llevamos tremendo mamellazo cuando se nos respondió que nada que ver, que lo que un día fue  no será.

Don William Monge, director del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural (CICPC) del Ministerio de Cultura, reconoció que ante la destrucción que sufrió el edificio, el caso se cerraba.

“La Comisión Nacional de Patrimonio aprobó el inicio del proceso y paralelamente los propietarios comenzaron una destrucción sistemática de la fachada, con toda la libertad de hacerlo porque aún no estaba declarado el inmueble.

“Sin embargo, a pesar de los daños que ya se le había ocasionado al inmueble, de tipo cosmético a nivel de repellos y molduras, la Comisión Nacional de Patrimonio tomó el acuerdo de abrirle el procedimiento (para declararlo Patrimonio).

A partir de este momento la obra que estaba en proceso se detuvo por dos meses. Finalmente, el resultado del Órgano Director emitió un criterio ante la señora ministra de Cultura (Sylvie Durán), en el cual se desestima la continuación del proceso, porque consideró que se había perdido mucho de la autenticidad e integridad del edificio. Por lo que el caso quedó cerrado”, respondió el director del CICPC.

Con esta decisión del ministerio de Cultura, lo más probable es que dentro de pocos días usted, amigo josefino, vuelva a ver a los trabajadores metiéndole mano al Templo Bíblico para que se cumpla así el objetivo que tenían de que abra sus cortinas de hierro como un mercado chino.

Todas las remodelaciones que inicialmente sufrió el Templo Bíblico fueron ilegales, porque no contaban con los permisos municipales correspondientes. Lo único que tenía en las manos la Municipalidad de San José, según nos confirmó en julio del 2016, Mariano Rodríguez Solís, jefe de Permisos y Patentes, es una carta de la Asociación de Iglesias Bíblicas Costarricenses donde solicitaban autorización para pintar la fachada del edificio.

“Esa solicitud nos ingresó el 20 de junio anterior, hasta el día de hoy (13 de julio del 2016), no se ha respondido, por eso no pueden pintar ni hacer nada”, explicó don Mariano.

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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