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Tico rescató a gatica que estuvo a punto de morir en protestas contra Daniel Ortega

Yin Yang ahora vive en Costa Rica y dio a luz a cinco gaticos

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Rándall Arias es un costarricense que salvó a una gatita de la policía y del ejército del presidente nicaragüense Daniel Ortega.

Durante la semana del 18 de abril del 2018, día en que iniciaron las protestas en Nicaragua, la gatica llegó a la casa de Rándall, ubicada en el puro centro de Managua, específicamente en las cercanías de la plaza Las Historias.

Según cuenta, estaba desnutrida y repleta de garrapatas, además de asustada pues parecía que había sido golpeada, probablemente en las mismas revueltas.

Sin pensarlo dos veces, él la tomó entre sus brazos y la metió a su casa, donde vivía con dos gatos más que habían viajado con él desde Costa Rica. A la sobreviviente la bautizó con el nombre Yin Yang.

Arias llegó al país vecino el 21 de diciembre del 2014 para estudiar Ingeniería en Computación en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), ahí combinaba sus estudios con el trabajo, pues era el gerente de producción en una empresa privada en la que le daban chance de trabajar desde cualquier parte del mundo, la única condición era que estuviera conectado con su computadora a ciertas horas.

Como no quería estar solo, se llevó con él a sus dos gatos. Fue así como Prudencia (hembra) y Osadía (macho) también jalaron a suelo pinolero.

Precisamente, fue Osadía la primera en conocer a Yin Yang pues, según cuenta Rándall, días antes de que se dieran los enfrentamientos, los felinos andaban de arriba para abajo como buenos amigos.

“La gatita ya sabía que mi casa era un paraíso porque se asomaba y veía a mis gatos", comentó.

Arias, quien es oriundo de San Ramón, cree que si no la hubiera rescatado ya estaría muerta.

“Todas las noches se escuchaban disparos, gritos de personas heridas, o sea, si le disparan a una persona, también lo harán a un gato o un perro”, detalló.

Las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega arrancaron en abril del 2018 y han dejado 325 muertos y cientos de detenidos.

Comidita caribeña
Rándall la pulsea vendiendo comida, él se especializa en la caribeña. Así que si usted quiere comprar alguno de sus platillos lo puede localizar al número 2247-9952 o bien darle “me gusta” a la página en Facebook “Wise Eating”.

Difícil contacto

Los primeros días fueron los más difíciles, ya que Prudencia y la nueva inquilina no se llevaban bien; sin embargo, conforme pasó el tiempo las cosas cambiaron al punto que la pareja felina ve a la gatica como una hija.

“Le puse Yin Yang porque llegó a ser el balance entre los otros dos gatos, que a veces se llevaban bien y otras no”, mencionó.

Tres semanas después de iniciar el conflicto se vino a Costa Rica, lo hizo solo y dejó a sus mascotas a cargo de un conocido para que los alimentara y vigilara, pero una semana después se devolvió.

“Tuve que regresar porque tenía unas cosas pendientes. La situación se puso difícil, por eso la empresa con la que trabajaba me dio mucho apoyo, me depositaron un dinero para que saliera de Nicaragua, pero tenía que hacerlo con mis gatos, no me iba a ir sin ellos, eso fue a principios de junio”, agregó.

Cuenta que inició el proceso para que le dieran los permisos para sacar a las mascotas y que las autoridades tardaron aproximadamente 10 días en dárselos. A mediados de junio ya estaba nuevamente en Tiquicia.

“Transportar a un animal en un avión no es como llevar una maleta y ya, requiere de un proceso. Me pidieron el certificado de un veterinario que indicara que los tres gatos estuvieran bien y con eso debía solicitar un permiso para que el Ministerio de Salud de Nicaragua los dejara salir y con eso enviarlo a Senasa para que los dejaran entrar a Costa Rica”, recordó.

Eso no fue todo, pues entre las consultas veterinarias, tiquetes de avión e impuestos, pagó cerca de un millón de colones.

Linda sorpresa

Cuando llegaron a su casa, en San Juan de San Ramón, los cuatro iniciaron una nueva vida.

Los primeros días fueron normales; sin embargo, hubo algo extraño en Yin Yang, ya que empezó a engordar de forma anormal.

“Resulta que estaba embarazada, a ella la embarazaron en Nicaragua y no me había dado cuenta. Sí sabía que había un gato con ella, incluso una vez llegaron a la casa juntos como si se tratara de una pareja de personas”, recordó.

El embarazo en las gatas tarda tres meses, por lo que la camada nació en setiembre.

“Nacieron cinco gatitos, dos se murieron y a los tres que quedaron les puse nombres de dioses egipcios, uno se llama Osiris, otra Isis y el tercero Amón Ra”, destacó.

Rándall explicó que tanto Prudencia como Osadía tienen nueve años y se llevan muy bien con los nuevos integrantes de la familia, los cuales vienen siendo una especie de nietos.

Bryan Castillo

Periodista

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