Cuesta pensar que un virus tan malo como el coronavirus tenga un lado positivo, pero sí, el COVID-19 hizo algo bueno por el planeta.
Este miércoles se conmemoró el Día de la Tierra, quizás, el más limpio y puro que hayamos vivido desde que nacimos (no importa la edad que usted tenga).
Lo decimos porque gracias a las medidas de aislamiento y a la restricción vehicular sanitaria, en algunos puntos de Tiquicia se respira un aire más puro.
La Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional así lo confirmó mediante un análisis a la calidad del aire y la comparación de febrero y marzo de este 2020 con los mismos meses, pero del año pasado, es abismal.
“En la UNA monitoreamos la calidad del aire constantemente, con o sin coronavirus y nos resultó curioso ver si lo que estaba pasando en otras ciudades, como en Nueva York, ocurría en Costa Rica”, expresó Jorge Herrera, uno de los investigadores.
Limpiecito
Uno de los puntos de estudio está cerca de la rectoría de la UNA, en Heredia. Allí se demostró que del 11 al 26 de marzo se redujo en un 44% la concentración de partículas en el aire, que es el humo negro que se escapa de los vehículos.
“La existencia de esas partículas las relacionamos a enfermedades respiratorias, sobre todo en niños, ancianos y personas que padecen asma. Durante ese periodo de tiempo se alcanzaron los niveles más bajos del año, si se comparan con los datos de las mediciones que hemos hecho desde enero, antes de que se pusiera en práctica la restricción”, dijo Herrera.
También se comparó la calidad del aire cerca de la catedral Metropolitana, en San José. Entre el 4 y el 31 de marzo se comprobó que, con respecto al mismo periodo del año pasado, la circulación de las partículas en el aire fue de un 20% menor.
“En esta parte, cualquier reducción de contaminación va a significar un beneficio para la salud de las personas y tomando en cuenta que una de las principales fuentes de contaminación son los vehículos, cuando regresemos a la normalidad se debe promover aún más el uso de medios de transporte eficientes, que ayuden a reducir la existencia de contaminantes en el ambiente”, agregó Herrera.
Algunos bolados
Para la experta ambiental, Noelia Garita, el coronavirus hizo que la gente valore más a la tierra y a los recursos que genera.
"La gente está buscando una alimentación más saludable y también se ha trabajado por reducir el desperdicio de alimentos y eso parte porque mucha gente comenzó a tener miedo de que se le acabaran los alimentos.
“Hay personas que están aprovechando aquella comida que no está al cien por ciento para consumirse, para hacer batidos y frescos y eso habla del valor que se le está dando nuevamente a algunos productos”, aseguró Garita.
La experta señaló que también la presencia del COVID-19 es un jalón de orejas para todos, en el sentido de cuidar cada recurso que tenemos en el hogar.
"Ahora se pide ser más intensos en las medidas de higiene, pero eso no quiere decir que debamos desperdiciar. En algunos lugares ya está empezando a llover y es la oportunidad ideal de usar esa agua de lluvia para lavar pisos y limpiar caños.
“El agua potable la podemos usar de forma responsable para el lavado de manos, bañarnos y para lavar los alimentos, no hay necesidad de desperdiciar el líquido si igual queremos mantener la casa limpia”, agregó.
Garita dijo que en este momento si hay un punto al que se debe prestar atención, es al de los empaques que se usan en las comidas que se entregan vía exprés.
"Hay gente que está pidiendo mucha comida para llevar y eso podría hacer que se usen materiales no recomendados en la entrega de esos alimentos.