El 6 de marzo del año pasado nos dimos cuenta de que el coronavirus había entrado al país.
El primer caso lo presentaba una estadounidense de 49 años que cinco días antes llegó a Costa Rica con su esposo. Con el tiempo, el problema detectado en China a finales del 2019 fue agarrando fuerza hasta convertirse, para algunos, en un “partido” que entonces no pintaba tan complicado. El rival ni siquiera tenía nombre específico.
El 5 de abril, cuando solo había 454 personas contagiadas (en 55 de 82 cantones), el doctor Rodrigo Marín, entonces director de Vigilancia de la Salud, se llenó la boca de optimismo y dijo una frase que lo hizo famoso: “El partido lo estamos ganando 1-0, pero es un resultado que puede ser engañoso”.
“Nos falta el segundo tiempo y ojalá no vayamos a tiempos extra y menos a penales”, agregó Marín el mismo día y además advirtió: “No hay que bajar la guardia, hay que cuidar y requetecuidar a nuestros abuelos y ya tendremos tiempo de pasear”.
Para más de uno sí nos fuimos a tiempos más que extendidos porque estamos a punto de llegar al año...
El viernes 6 de marzo se cumplen doce meses desde que aquel primer caso de coronavirus que nos abrió los ojos y vimos que estaba por comenzar un desafío enorme para todos.
El 12 de abril, el doctor Marín aseguró “estamos iniciando el segundo tiempo del partido, vamos ganando 1-0″. Ya quel día había 597 casos positivos de covid-19 en 59 cantones. Quizás era muy temprano para tanto optimismo porque el “juego” no hacía más que empezar.
Este 1 de marzo el país tiene 204.341 casos positivos y han muerto 2.800 personas. Se trata de una realidad que en aquel abril parecía impensable.
Para ver cómo va “el partido” a estas alturas, buscamos al doctor Juan José Romero, epidemiólogo de la Maestría en Epidemiología de la Universidad Nacional (UNA).
“Va empatado uno a uno, pero podemos decir que tenemos la ventaja del gol de visita, que en caso de empate nos vale doble. Si vemos los datos confirmamos que la cantidad de personas muertas por cada millón de habitantes (551) es bastante baja”, explica.
Recuerda el doctor Romero que en setiembre del 2020, después de una cierta apertura por parte de las autoridades de Salud en negocios y en algunas actividades, las hospitalizaciones alcanzaron las 627personas y estuvimos cerquita del colapso. En cuestión de ocho semanas el número bajó a 450.
“Cuando el rival (el covid-19) nos tenía el rancho ardiendo (atacaba sin piedad), se tomaron las medidas para bajar las hospitalizaciones. Fueron días en que nos remataron desde todos lados, pero nos paramos bien en la defensa”, reconoció.
No ha sido un partido fácil para nadie y el doctor Romero nos recuerda que hubo momentos en los cuales él pensó que la pandemia nos iba a golear.
“Imposible negarlo, sentí que a nuestro equipo lo iban a cargar de goles, sobre todo el fin de año, cuando el 22 de diciembre se reportaron 643 hospitalizaciones. Venían las celebraciones del cierre de año y la gente en las calles andaba por montones y todo era fiesta. Creí que los goles nos caerían por montones, pero resulta que otra vez la defensa se agarró duro, no se desordenó y metió la pata más fuerte, evitando que el balón terminara en nuestras redes”.
Hay buen equipo
Dice el epidemiólogo que en este laaaargo choque de 365 días, el país ha demostrado que el equipo de Salud tiene una muy buena mezcla de experiencia y juventud.
Por eso sabe atacar cuando tiene el balón y siempre se defiende con todo. La defensa es de esas con las que sueña el técnico colombiano Jorge Luis Pinto.
“Hay jugadores que han demostrado buena condición física y un manejo del balón sorprendente, por ejemplo, don Alexander Solís Delgado, el presidente de la Comisión Nacional de Emergencias. Ha sido un volante de contención de los mejores, creo que es la persona mejor preparada para la conducción de emergencias en Costa Rica. Don Alexánder juega de memoria y nunca falla un balón.
“Por otro lado, el ministro de Salud, Daniel Salas, como capitán del equipo, lo ha hecho muy bien, puro Roger Flores en Italia 90. Y tenemos a un muy buen defensa central como el doctor Mario Ruiz, incluso ha demostrado ser un excelente goleador don Román Macaya, por eso el equipo ha estado finito, ordenado y muy bien coordinado”.
Lo que pasa con Macaya es que, como sabemos, en su propio equipo --la CCSS-- algunos parecen haber jugado para el rival. La prensa ha destapado algunas cosas muy mal hechas.
Falta mucho partido, eso lo sabe el doctor Romero y el resultado final “va a depender mucho de la eficacia con la que se lleve la vacunación y de lo que ocurra en la comunicación por parte de los responsables de Salud para que la gente siga respetando los protocolos”, explica.
“Para que sigamos en esta curva de bajada (camino a un triunfo, decimos nosotros) todos debemos seguir aplicando protocolos para que eso, sumado a la vacuna, se transformen en goles a favor. Si nos confiamos, vamos a perder.
“La vacunación está lenta, se habla de inmunidad de rebaño para octubre. Si bajamos la guardia podríamos llegar muy golpeados a octubre”, adelanta.
A Romero lo tiene optimista que llegó una gran ayuda desde el banquillo, un cambio de lujo: las vacunas.
“Eso fue como meter al superportero que lo va a tapar todo, metimos a Keylor Navas, pero él no puede solo. Esto se gana como equipo, si nosotros como país no le ayudamos a Keylor (a la vacuna) igual perderemos. Hay un sistema de salud fuerte, decisiones acertadas y el pueblo respetando protocolos, hay que seguir así”, concluye Romero.
Ya contamos con la vacuna de Pfizer y en mayo empezarían a llegar las de AstraZeneca.
Goleados, no vencidos
El analista financiero y profesor universitario Daniel Suchar Zomer desmenuza el partido que jugamos contra el covid-19 desde el punto de vista económico.
Fácilmente identificó un autogol que nos metimos como país porque hubo una época de mucho martillo y casi nada de baile.
Desde su punto de vista, eso asfixió a un montón de empresas que debieron cerrar temporalmente o del todo. Y eso significó pérdidas de puestos de trabajo.
“Antes de la pandemia el desempleo estaba por encima del 12% y con la pandemia alcanzó una cifra histórica de 24% en setiembre del año pasado. Hablamos de quinientas mil personas sin trabajo, eso es ir perdiendo el partido por una goleada espantosa”, explica.
“Los goles más duros los recibieron los hoteles y los restaurantes; en segundo lugar los sectores nocturnos como cines, teatros, bares, casinos, discotecas, entre otros. Esos fueron golpeados en un cien por ciento. En tercer lugar, el comercio en general, que recibía patadones de las zonas amarillas, naranja; la restricción vehicular, que no se podía pasar de una zona a otra, eso fue fatal. Fue un año en que el partido se nos volvió un desastre”.
Gran revés
La Cámara Costarricense de Restaurantes y Afines (Cacore) asegura que sus afiliados tenían unos 19 mil locales antes de la pandemia y que 5.000 no abrieron nunca más. Eso llevó a la pérdida de unos 8 mil empleos.
La Cámara Nacional de Turismo (Canatur) informa también de un escenario de goleada. Entre abril y noviembre la caída de las llegadas internacionales fue del 96% con relación al mismo periodo de 2019. Solo entraron al país 74 mil personas y un año antes fueron 1,8 millones.
Claro, las fronteras estuvieron cerradas durante ocho meses.
La Cámara Costarricense de la Construcción ha jugado su propio encuentro y los golpes han sido durísimos: ese campo perdió cerca de 45.361 empleos en poco más de un año.
Otro sector golpeado fue el agrícola, con pérdidas de miles de millones, más de 7.000 productores afectados y 300 empresas recibiendo impacto directo. Los productores de flores, follajes, piña, raíces y tubérculos, culantro coyote, melón, sandía y banano hablan de más de 20 mil millones en pérdidas.
Nadie tira la toalla
A pesar de todos estos datos tan amargos, Suchar considera que de la goleada en lo económico nos vamos recuperando.
Ya el desempleo bajó al 20% y además se han metido algunos goles; por ejemplo: “el tico confía en el tratamiento que se le da al virus hoy por parte de las autoridades de Salud, el uso correcto de la mascarilla, el gel y los protocolos son algo nacional. Llegó la vacuna y eso tranquiliza un poco y el Gobierno abre las medidas de restricción.
“Además, el ritmo de la economía mundial es positivo, eso provocará que en el país se generen muchos empleos, yo considero que unos 150 mil. Nos metieron muchos goles, pero en este 2021 nosotros también haremos muchos, no para empatar, pero sí al menos para no ir tan mal en el marcador”.
Aprendimos de los goles recibidos
El médico intensivista del hospital Calderón Guardia Marco Vinicio Boza nos recordó que en el inicio del partido contra el covid-19 nuestra forma de ser --eso de visitarnos, abrazarnos y besarnos-- nos metió varios goles de camerino, o sea, al puro inicio.
Habla de cuando todavía estábamos calentando y eso, claro, causó que el virus contagiara mucho en las siete provincias, no entendíamos aún que debíamos cambiar la forma de jugar, o sea, la conducta al relacionarnos.
“Hemos ido aprendiendo, gracias a la pandemia, a comportarnos en lo individual, con la familia, con la comunidad, en el trabajo, en la calle. Modificamos el comportamiento cuando entendimos que era eso, precisamente, lo que urgía que hiciéramos”, dice Boza.
“En la segunda oleada de la pandemia, para setiembre, a muy pocos les importó lo que pasaba, por ejemplo, con el sector agrícola, seguían muchos teniendo cuarterías y comportándose indiferentes. El problema de la indiferencia, poco a poco, fue disminuyendo porque la gente aprendió a ser solidaria”, afirma.
Además, cuando se recibían los goles, según el doctor, se aprendió del error.
Entendimos que la salud se construye entre todos, que no es un tema de médicos y de enfermeras, que no es algo que se encuentra en los hospitales, sino que se construye en la casa, en el barrio. Aprendimos a vivir mejor, comer mejor y hasta a mover más el esqueleto haciendo ejercicios.
“Aprendimos que la unión hace la fuerza. Nada del individualista ‘sálvese el que pueda’. Unidos, discutiendo y acordando, se han logrado avances. Los muy afectados se organizaron para ayudar a los más necesitados. He podido ver cómo muchos mejoraron su bienestar ayudando a los demás”, cuenta Boza.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) resume muy bien la lucha en la que seguimos, y que seguirá algunos meses más: “la victoria o la derrota es de todos”.
Ese empate 1 a 1 que dijo el doctor Romero es temporal. Con el respeto a los protocolos más el apoyo de las vacunas, Costa Rica anhela un abultado marcador a favor del país.