Un grupo de resentidos quiere alterar la paz de los ticos

Si no estuviéramos en Costa Rica ¿qué les hubiera pasado a los revoltosos que intentaron ingresar a la fuerza a Casa Presidencial en Zapote la tarde de este martes?

Dejando por fuera países con regímenes dictatoriales como Nicaragua, Venezuela o Corea del Norte y tomando como ejemplo otros países también democráticos, como el nuestro, a esos irrespetuosos como mínimo las fuerzas policiales les habrían dado sopa de muñeca a más no poder. Y eso sin considerar que además lanzaron un pedazo de dinamita.

Para redondear el asunto, también anda circulando en redes sociales el audio de un desubicado quien llama a la guerra, al derramamiento de sangre. Asegura que ya empezó la revolución con el objetivo de derrocar al Señor Presidente, Carlos Alvarado, "por las buenas o por las malas".

Pero en qué país cree que vive este alborotador, quién le ha metido en la jupa que las cosas se resuelven a la brava en el país con la democracia más antigua del planeta.

El costarricense, en general, es una persona pacífica que resuelve las cosas con sana discusión, acostumbrado, gracias a Dios y a la herencia de nuestros sabios abuelos, a castigar o premiar a los gobiernos con el arma del voto cada cuatro años.

Veamos lo que pasa en Nicaragua, en Venezuela, esos ejemplos están bien cerquita, y eso es lo que estos alborotadores quieren para nuestros hijos y nietos.

Ese grupillo de resentidos está deseoso de sembrar el caos y la violencia, el pretexto de ayer fue el plan fiscal, el de hoy es el IVA, ¿y mañana?