Nacional

Un grupúsculo de desubicados desearía que las malas noticias sobre Costa Rica le dieran la vuelta al mundo

La democracia y la institucionalidad del país debemos defenderlas con el voto y repudiando la violencia y el amedrentamiento.

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Estas noticias llegan todos los días de distintas partes del mundo.

“Al menos diez personas, entre ellas cinco mujeres y un menor, murieron y 21 resultaron heridas por tres explosiones que sacudieron Kabul, la capital afgana”. Eso ocurrió el jueves antes de la campaña electoral.

“Alemania entregó este lunes a las autoridades belgas a un bosnio vinculado a los atentados perpetrados en noviembre del 2015 en París en los que murieron 130 personas”.

“Cinco policías resultaron heridos, dos de ellos de gravedad, por la detonación de un artefacto explosivo enviado por correo a una comisaría de Santiago, capital de Chile”. Esto sucedió el pasado jueves.

Y desgraciadamente, la noche del sábado pasado de Costa Rica salió, hacia el resto del mundo, la noticia de que tres delicuentes detonaron un explosivo en las cercanías de Teletica. Afortunadamente no hubo vidas que lamentar.

El miércoles 26 de junio una bomba casera había sido lanzada contra la Asamblea Legislativa. ¿Esa es la Costa Rica que queremos para nuestros hijos y nietos?, ¿Es esa la imagen que queremos proyectar al mundo? ¿Queremos espantar a los turistas, quienes son los que aportan el mayor ingreso de dólares?

Reflexionemos y frenemos a ese grupúsculo que solo tienen jupa para manifestarse con violencia pero no con ideas y soluciones para construir un país mejor. Destruir es muy fácil, construir requiere esfuerzo, talento, claridad mental, de lo que indiscutiblemente esta repudiable gente carece.

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