Álvaro y Danilo Montoya se dedican a la siembra de cebolla. Este sábado ambos lucían su mercadería en la feria de la cebolla, en Santa Ana, la cual se dedicaron a cultivar y cuidar durante 7 meses para ofrecerla al público en las mejores condiciones.
Danilo se considera uno de los fundadores de la feria. Asiste a cada una de las ediciones y afirma que por año, venden en promedio 10 mil kilos de este tubérculo.
“Este es un negocio familiar, lo heredamos de nuestros padres y abuelos. El cultivo de cebolla me ha permitido sacar adelante a mi familia, es nuestra forma de vivir”, expresó.
Álvaro dice que el trabajo de la agricultura es difícil y poco valorado por los consumidores.
“Un día en la feria de Pavas un señor se enojó porque le cobré una cebolla a doscientos colones. Yo le comenté que esa cebolla había pasado por un proceso de preparación de siete meses, pero muchas veces el cliente no aprecia la calidad del producto, sino que únicamente se basan en el precio”.
Ellos, junto a 19 productores más estarán hasta el 31 de marzo en el Parque de Santa Ana.
Francisco Angulo, uno de los organizadores del evento expresó que la feria es una oportunidad para que el productor local pueda vender su cosecha de forma directa.
“Este es un espacio para que los cebolleros coloquen el producto que con tanto esfuerzo han preparado durante meses. El clima le da bondades a los productores para cultivar un producto de excelente calidad, podemos rajar con que en Santa Ana tenemos la mejor cebolla”, agregó.
Angulo agregó que por temporada, en Santa Ana se cosechan cerca de 1 millón de kilos de cebollas y en cada feria se logran vender cerca de 120 mil kilos.
“La feria se realizó por primera vez en mil novecientos ochenta y nueve, pero en algunos momentos se dejó de hacer. Con el esfuerzo de muchos logramos retomar la idea y desde hace once años ya se lleva a cabo la feria de forma continua”.
Para todos los gustos
Desde la mañana, muchos llegaron en busca de sus trenzas de cebolla. Jorge Salas y Fabiana Hernández aprovecharon los buenos precios de la feria y la variedad para comprarle a sus papás y hermanos. “Estamos aprovechando porque viene Semana Santa y entonces tendremos suficiente cebollita para los ceviches, para los chileros y de paso apoyamos al productor local”, expresó Hernández.
Otra persona que le saca el jugo a las bondades de la cebolla es Damaris Sandí. Esta santaneña se dedica a la cocina y entre sus productos más vendidos están el pan y la sopa de cebolla.
“Me capacité en el centro agrícola de la localidad y gracias a eso puedo salir adelante con la venta de la comida. He participado en la feria por varios años y a la gente le gusta mucho venir a comprar cebolla y disfrutar de las comidas", aseguró.
Ibis Cordero prepara chileros, encurtidos y escabeches con cebolla. Cordero es madre de tres hijos y hace algunos años decidió romper con un círculo de violencia doméstica.
“Busqué la forma de sacar adelante a mis hijos y desde el dos mil catorce tengo mi proyecto, el cual fundé con el apoyo de la municipalidad. En el dos mil dieciséis gané una cocina completa y con eso es que todos los días aprovecho de la producción local para mantener a mis hijos y costear mis gastos", explicó.
Gladys Rodríguez convenció a sus hermanas Flor y Nohemí para que acudieran a la feria a disfrutar de la venta del producto y aprovechar las actividades culturales.
“Admiro al pueblo de Santa Ana, desde hace diez años vivo aquí y por eso invito a mis hermanas para no perdernos todas las cosas bonitas que se hacen”, indicó.