El ruido que salía de una iglesia cristiana era insoportable, pero eso se acabó.
Una persona luchó durante tres años para que las autoridades la clausuraran por esa razón y al final quedó al descubierto que no contaba con los permisos correspondientes para funcionar.
El templo, llamado Luz del Mundo (no tiene relación con la agrupación internacional) estaba en el precario del Bajo Los Anonos, contiguo al residencial Vista Alegre, en San Rafael de Escazú. Allí funcionaba desde hacía cuatro años.
Al ver que la situación no se resolvía, una vecina presentó un salacuartazo el 21 de mayo anterior, pidiendo el cierre definitivo del templo. Un mes después, la Sala IV lo declaró con lugar y ordenó a la municipalidad y al Área Rectora local proceder con una inspección para determinar si cumplía con lo que pide la ley o no.
El templo fue clausurado el 22 de junio luego de una inspección hecha por el Ministerio de Salud y a la vecina que puso el recurso se le notificó días después de lo establecido en la sentencia de la Sala (la 11258 - 2019).
Pide respeto
La persona que puso el recurso –que pidió no ser identificada por razones de seguridad– contó a La Teja que los problemas con el templo se iniciaron en el 2016.
“Tengo nueve años de vivir aquí y desde que se instaló la iglesia no podía descansar. Prácticamente todos los días había cultos y música a alto volumen, eso era desde las seis de la tarde, cuando los músicos empezaban a practicar, y terminaban hasta las nueve de la noche y los domingos la bulla era durante toda la mañana”, contó.
Antes del recurso de amparo, la vecina presentó denuncias ante el Ministerio de Salud, pero dice que en una oportunidad los inspectores le dijeron que no encontraron dónde estaba la iglesia y que casi la obligaron a dar la dirección del templo.
“Esta lucha la he dado yo sola y para mí el problema no es que funcione la iglesia, porque tienen derecho a profesar su fe. Lo que pasa es que no hay un manejo adecuado del ruido. Llegó un momento en el que me sabía las canciones de memoria”, afirma.
Luego de conocer la sentencia de la Sala la escazuceña se mostró satisfecha porque todo lo que hizo fue por la vía legal. La última palabra fue de los magistrados.
“Me doy por satisfecha por lo que resolvieron a mi favor. La verdad es que durante todo este tiempo no me he comportado de forma violenta y no es nada en contra de la iglesia ni de la gente que vive ahí, porque no los conozco, pero tengo derecho a descansar y pasar mis noches tranquila”.
“El enemigo se levantó”
Gabriela Salgado, vecina del precario y pastora de la iglesia Luz del Mundo, sostiene que antes del cierre del templo no habían recibido quejas por el ruido.
“Tenemos entendido que gente del residencial se estaba quejando por la bulla, pero el templo está sellado por dentro. Puede ser que en algunos momentos nos excediéramos con el sonido, pero nuestra intención no es molestar a nadie”, afirmó Salgado.
La pastora comentó que anteriormente el templo se ubicaba en Pavas, sin embargo, les pidieron trasladarse a Los Anonos por la necesidad que hay en la zona, dice, de “llenarse de la palabra de Dios”.
“Desde que llegamos sentimos que hemos ayudado a muchas personas que día a día se nutren de la palabra de Dios. Esto que pasó (la clausura del templo) tiene a los feligreses muy dolidos, en cada actividad nos acompañan cerca de cuarenta personas y sentimos que el enemigo se levantó contra nosotros”, dijo.
La pastora confirmó que su esposo, el también pastor Erick Carvajal, está trabajando para que las autoridades le permitan reabrir el templo y, si es necesario, adelantar las horas de los cultos y disminuir el ruido.
“Muchas personas desean que se reabra el templo y seguimos trabajando, pero lo estamos haciendo en la casa de un vecino, donde llegan niños, jóvenes y adultos”, señaló.
Sin permisos
Raquel Acuña, salubrista Ambiental y Pública del Área Rectora de Escazú, del Ministerio de Salud, manifestó que en la inspección efectuada el 22 de junio pasado se detectó que el templo no contaba con los permisos sanitarios necesarios para funcionar.
“De acuerdo con los hallazgos de la inspección se procedió a clausurar el templo y el 27 de junio recibimos la notificación de la Sala Constitucional. En caso de incumplimiento por parte de los representantes del templo se tramitaría un acto de desobediencia y el Poder Judicial se encargaría de la situación”, indicó.
Por otro lado, el alcalde de Escazú, Arnoldo Barahona, indicó que no se referiría al caso, pues aún no habían sido notificados de la resolución de la Sala IV.