Don Francisco Chavarría Bustos tiene 76 años y nunca se le ha arrugado al trabajo. Él es un vivo ejemplo de que los adultos mayores tienen mucho que aportar y que la edad no impide aprender cosas nuevas.
Este empunchado señor nos comentó que estuvo pendiente del proceso electoral de Estados Unidos y que se siente motivado de saber que el nuevo presidente de ese país, Joe Biden, es solo un año mayor que él (77 años).
LEA MÁS: Laura Chinchilla: “Estados Unidos no eligió un presidente para que corra una maratón”
Francisco, quien es conocido entre sus allegado como don Fran o Paquito, asegura que las críticas contra Biden por su edad no tienen razón, pues los años dan experiencia y eso es fundamental para hacer frente a una responsabilidad tan grande.
“La edad no tiene que ponerle freno a uno para aprender y ni para trabajar”, dijo don Francisco.
Paquito vive en Zapote, San José, junto a su esposa y un hijo. Él dice que todos los días se levanta a las 6:30 a. m., lleno de energía para cumplir con los encargos y si tiene tiempo disponible lo aprovecha para investigar nuevos proyectos y ponerlos en acción.
"La pandemia nos ha afectado a todos, hemos tenidos que ver cómo hacemos para traer el arroz y los frijoles a la casa porque la situación económica está muy dura, pero nada hace uno quejándose, hay que ocuparse.
“Desde pequeño me tocó ver como hacía para ayudar en la casa porque la situación era difícil, mi mamá me mandaba a vender cajetas y prestiños. Llegué hasta sexto de la escuela, pero sé hacer muchas cosas porque poco a poco he aprendido solito”, contó orgulloso.
Empunchado
Cuando creció se hizo soldador, oficio al que se dedicó la mayor parte de su vida y con el que pudo viajar a varios países por razones laborales.
"Trabajé como 35 años en una fábrica de butacas para asientos de cines y teatros. Viajé por Centroamérica para hacer esos trabajos. Cuando tenía 58 años algunos compañeros me preguntaban si quería pensionarme, pero a esa edad más bien renuncié y empecé a trabajar como soldador independiente.
LEA MÁS: Joe Biden es el gran ejemplo de que adultos mayores tienen mucho que aportar
“Cuando tenía como 68 años dejé de subirme en los techos porque tenía que cuidarme más. Hace cinco años me dio un derrame facial y gracias a Dios me he recuperado bastante bien, pero decidí buscar otras cosas que hacer, algo que no me exigiera tanto, me mantuviera ocupado y que me ayudara ganar plata para mi familia”, recordó.
Aunque Francisco no tenía formación en otros oficios, decidió aprender por su cuenta observando videos en Internet.
"Me compre una máquina de coser y por medio de videos en YouTube aprendí a hacer varias cosas. Hago ruedos y también carteritas, bolsos, almohadones y hasta muebles y arreglos de tapicería.
“Mis hijas me dicen que me admiran porque pese a mi edad sigo aprendiendo, eso me hace sentir bien. Yo sé que a muchos adultos mayores los maltratan y los ven como personas inútiles, como una carga, pero eso no es así, todos valemos mucho. Gracias a Dios mi familia siempre me ha valorado y nunca me ha tratado mal ni dicho groserías.
“Uno tiene que sacarle provecho a todo lo que sabe, imagínese que cuando era un chiquillo mi mamá me enseñó a hacer prestiños y yo les enseñé a mis hijas y a mi esposa. Todavía hago prestiños con ella y los vendemos. La gente viene y nos pregunta cuándo vamos a hacer para estar pendientes y venir a comprar”, añadió.
Francisco dice que él no entiende como hay jóvenes que pasan todo el día sin hacer nada, sin ocuparse en alguna cosa.
“La gente joven tiene que darse cuenta de que el tiempo es oro, deben aprovecharlo y hacer cosas útiles para que cuando lleguen a mi edad se sientan tranquilos y satisfechos, ya a estas alturas uno ve la vida de otra manera, se reflexiona más”, aseguró.