EscucharUna patrulla de la Fuerza Pública de la delegación Catedral, en plena capital, utiliza tecnología de punta para limpiar el parabrisas de la lluvia. El oficial que va como copiloto mueve las escobillas con una especie de polea hecha con un mecate, única forma de hacer que se muevan.
Así se observa en un vídeo que hizo público la Asociación Nacional de Empleados Públicos (ANEP).
Lo más triste del caso es que en el taller del Cosevi, ubicado en La Uruca, no tienen el repuesto, cuyo valor anda entre diez y 40 rojitos, según preguntamos en una reconocida venta de repuestos.
Los ocupantes de dicho vehículo, que es un Toyota con placa PE 8-4780, hicieron el video para mostrar las pésimas condiciones en las que la Fuerza Pública tiene que salir a luchar contra el crimen. Sin embargo, Seguridad Pública mandará a investigar este comportamiento.
“Esto es reprochable y le digo que no es ningún montaje ni ninguna jugarreta, como lo quiere hacer ver la administración. Es un hecho real como resultado de un problema de gestión”, explicó Mainor Anchía, presidente de la seccional de la Fuerza Pública en Anep.
Si el chuzo es pillado por un oficial de Tránsito se expone a una multa de ¢21.000, según el artículo 147 de la Ley de Tránsito.
Al final puede salir más cara la multa que los repuestos.
Por si fuera poco, con esa falla ni soñado pasaría Riteve.
“En términos generales, la inexistencia o mal funcionamiento de las escobillas es un defecto grave en la revisión técnica ”, explicó Jennifer Hidalgo, vocera de Riteve.
Viejo mal
Anchía explicó que el video se hizo este martes, e ingresó al taller el miércoles en la noche. Sin embargo, la patrulla tuvo un primer ingreso al taller institucional el 7 de julio por el mismo defecto.
En aquel entonces, el diagnóstico del carro y respuesta, de la cual La Teja tiene copia fue: “Se debe reemplazar el varillaje del sistema de escobillas, por desgaste, por mal estado. No hay en existencia”.
Anchía envió un documento a la dirección de Transporte del Ministerio de Seguridad donde le responden que, al 5 de marzo de 2016 (dato más actualizado con el que cuentan) había 173 unidades fuera de servicio. Una de las causas es que entre el 2012 y el 2015 la flota vehicular aumentó en más de 1.500.
Carlos Hidalgo, vocero institucional del Ministerio de Seguridad Pública dijo que se investigará el comportamiento de los oficiales dentro de la unidad porque no es el adecuado y puso en riesgo la integridad física propia y de terceros.
“Ningún vehículo en mal estado debe ser utilizado por funcionarios públicos. En el ministerio existen los mecanismos y controles internos para que se reporten situaciones que ameriten sacarlos de circulación”.
Hidalgo dijo que en el 2016 se invirtieron ¢4.881 millones en mejoras de vehículos y otras compras de materiales de seguridad para los oficiales.
