Doña Eugenia Cartín nos abrió las puertas de su casa, en Zapote y nos enseñó el lugar donde sacó toda su furia contra el empleado de Tigo.
La esquina donde Cartín arrinconó al muchacho que atendió su llamada es el primer cuarto de la casa, que tiene años de ser una oficina improvisada.
El cuarto es bastante grande y tiene dos escritorios, el de doña Eu y el de su secretaria, una nicaragüense llamada Carmenza Elena García, quien le ayuda desde hace 11 años con su trabajo de traductora y con la cocinada.
La Teja le pidió permiso a Cartín para conocer detalles del lugar donde surgió el alboroto y de paso comprobar si todo lo que le dijo al pobre muchacho en la conversación era cierto.
Hay que estar claros, doña Eugenia en ningún momento mintió, nos enseñó la computadora y tenía razón, no es una laptop y sí... ¡sí usa Internet Explorer como navegador!
También nos mostró el teléfono con el que llamó ese día y no es un celular, sino un teléfono fijo de esos estilo block que no le entra en la bolsa del pantalón a nadie.
En esa oficina doña Eugenia pasa la mayoría de su tiempo y más ahora que le recomendaron no salir sola a ningún lado.
Al único lugar donde no falta es a misa de 7 de la mañana, va todos los días de la semana, pero cuando regresa se vuelve a meter a su rinconcito.
La casa de Cartín tiene un cuarto más, que es el de ella, una sala de estar, el comedor y un cuartico para ver tele, ese último es el segundo lugar preferido de doña Eu, después de la oficina.
"Aquí me gusta sentarme hasta quedarme dormida viendo programas de investigación y sino leyendo algún libro", contó doña Eugenia.
Doña Eugenia confesó que es saprissista por herencia de su padre y se echó la final solita en su casa. Solo imagínese el colerón de ese día.
"Soy saprissista, pero lastimosamente el equipo jugó muy mal", dijo Cartín, quien además contó que nunca ha ido a la Cueva a ver una mejenga y que iría si algún día la invitan porque difícilmente iría por cosa de ella.
Vive con Sole
La casa de doña Eu es como la de las abuelitas, llena de portaretratos, adornos y recuerdos. Como no tiene familiares directos en el país pasa mucho tiempo solita.
A doña Eugenia se le murió su papá hace 15 años y su mamá hace 7, su hermana vive en Estados Unidos y su hermano en España. Ella se casó dos veces con el mismo hombre, pero asegura que no funcionó y a pesar de que intentó tener hijos con él, no pudo.
"Me hacen falta mis papás porque eran con los que tenía comunicación todos los días, pero así es la vida y sí, me hubiera gustado tener hijos, porque me gustan muchos los niños, pero Dios no quiso, lo intenté porque me puse en tratamiento, pero tal vez ya estaba muy vieja, nunca intenté adoptar, porque no lo consideré una opción y ahorita yo ya no estoy en edad para criar un niño", explicó doña Eugenia.
A veces, es tanta la soledad que vive esta señora, criticada por muchos y querida por otros, que fechas importantes como el cumpleaños y la Navidad los pasa sola.
"El último cumpleaños no lo celebré, pasé en la casa porque no me nació celebrarlo, no todos los cumpleaños se celebran, hay unos que sí, unos que no, hay algunos que no me nace celebrarlos", aseguró.
Por eso, para ella la compañía de doña Carmenza y de su esposo (quien es el mensajero de doña Eugenia), es importantísima, sobre todo en estos momentos donde su vida cambió para siempre, tanto en lo personal como en lo laboral, porque tanto Cartín como su asistente confirman que el trabajo les ha bajado bastante después del alboroto de la llamada.
"Doña Eugenia es una excelente persona, ella nunca se atrasa con el pago y si uno necesita un favor, aunque sea fin de semana ella lo ayuda a uno, por ejemplo, si tengo que ir a algún lugar donde no hay bus ella me lleva en el carro, pero lastimosamente la gente no la conoce y por esas críticas hemos visto que el trabajo ha bajado bastante y nos preocupa mucho", contó la secretaria.