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(Video) Mango despedaza parabrisas de carro y arreglo sale en ¢300 mil

Muni de Alajuela no puede hacer mucho, pues altura de árboles es de 35 metros y es muy difícil estarlos apeando

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Que un delicioso manguito caiga del cielo para cualquiera sería una bendición, la bronca es si le cae en el parabrisas del carro y se lo revienta, como le pasó a doña Carmen Loría.

En Alajuela la amargura por la ausencia de títulos del equipo la compensan estos frutos que caen por montones en toda la provincia.

El insólito hecho ocurrió el miércoles 17 de julio a las 3:15 de la tarde, en el parque central de Alajuela, justo al frente de la sucursal del Banco Nacional, es decir, al costado oeste.

La afectada, quien es profesora de Informática, recordó que se dirigía a realizar unos mandados al centro de la provincia cuando pasó el suceso.

En broma, doña Carmen comentó que hasta se le quitaron las ganas de comer mango o de tomarse un batido de la deliciosa fruta.

“Ese día estaba esperando a que el semáforo se cambiara de rojo a verde para pasar, en eso sentí un golpe, pensé que la persona que iba en el carro de atrás me chocó, pero no, al ratito me di cuenta que tenía el parabrisas quebrado por el mango que cayó”, dijo.

Doña Carmen contó que de inmediato se detuvo y llamó al Instituto Nacional de Seguros (INS) para que valoraran los daños de su nave, un Nissan Qashqai del año 2017.

“El muchacho (del INS) que llegó me dijo que yo era la segunda persona que atendía por daños en el carro en esa semana por caída de mangos, a mí me sorprendió porque pensaba que era algo poco usual, pero me di cuenta que no era así”, mencionó.

El mangazo que se llevó su carro fue tal que desde ese día no lo ha usado, pues la aseguradora aún no encuentra el repuesto. Según cuenta, los daños están valorados en tres tejas. La salvada para doña Carmen es que el seguro sí cubre mangazos.

“No lo puedo usar porque como está reventado (el parabrisas), la fuerza del viento lo puede dañar peor y si llueve las escobillas lo pueden romper, entonces, de momento lo tengo en mi casa estacionado”, agregó la profe de 53 años.

127 años de historia
El parque Tomás Guardia, más conocido como el parque Central de Alajuela, fue inaugurado en el año 1892.

Siempre pasa

Don Roberto Solera, de 75 años, visita este parque a diario, ahí se ve con un grupo de amigos para hablar paja un rato.

Cuenta que a cada rato ve mangos caer en vehículos y cerca de personas.

“A mí me han caído, me han pegado en los hombros y en las piernas, ¡ay, que dolor acordarme!, aquí a todos los que nos sentamos nos ha caído, en toda la vida, por lo menos, un manguito cinco veces”, recordó.

Este adulto mayor, quien es vecino de La Agonía, explicó que los 24 árboles de mango que hay en el parque tiran frutos; sin embargo, son los del costado norte y este los que más mangos sueltan.

“Estos lugares son los más peligrosos, de hecho cuando nosotros vemos a una señora que viene con los hijos le advertimos que caen mangos y que le pueden destapar la cabeza a cualquiera”, añadió.

Don Óscar Brenes, de 78 años, es otro que pasa gran parte de la semana en el parque, para él, la municipalidad de este cantón debe informar más a la gente sobre los daños que podría ocasionar un mangazo.

“Aquí viene mucha gente, entonces, con más razón la municipalidad debe estar pendiente de bajar los mangos para que no golpeen a nadie porque un golpe de esos puede mandar a cualquiera al hospital”, explicó.

Don Roberto Solera y don Óscar Brenes nos hablan sobre la caída de mangos en el parque central

Altura nos los deja bajar mangos

El ingeniero Geovanny Sandoval, coordinador del departamento de Servicios Ambientales de la Municipalidad de Alajuela, confesó que tienen toda la buena disposición de evitar este tipo de accidentes, pero que hay un factor que no los deja hacer mucho.

“Es un tema muy particular de Alajuela porque es concebida como la Ciudad de Los Mangos, se le llama así principalmente por ese parque. Los mangos van a caer siempre y en algunos momentos afectará a personas o bienes de terceros”, comentó.

“En términos de bajar los mangos es una acción imposible de realizar por la altura de los árboles, que son de aproximadamente 35 metros. Nosotros les damos mantenimiento constante, incluso, se han podado para evitar que caigan más de la cuenta, además, en el parque hay tres turnos de barrenderos para limpiarlo”, continuó.

Sandoval aseguró que el caso de doña Carmen es aislado, pues hasta el momento no han recibido alguna queja o reclamo por este problema.

En caso de que otra persona resulte afectada, el funcionario comentó que lo primero que se debe hacer es tomarle fotos a la zona del vehículo afectada, conseguir testigos y presentar el reclamo verbal o escrito en el departamento de Sistema Integrado de Servicio al Cliente para ser analizado.

Ahora, si usted desea presentar el reclamo en cualquier aseguradora debe tener la póliza al día al igual que los documentos del vehículo.

Bryan Castillo

Periodista

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