El 26 de setiembre de 1986 cayó un rayo a un costado de la cancha del colegio Claretiano, en Heredia. Les dio a diez estudiantes y mató a uno: Johnny Solano Esquivel, de 15 años.
Los otros afectados fueron Fernando McDonald, Vinicio Ramírez, Roy Quesada, Kevin León, Jeffrey García, Alberto Esquivel, Hans Ardón, Adrián González y Jorge Rojas.
Con Jorge conversamos sobre aquella fatalidad que él vivió de forma tan cercana. Recuerda que él fue el segundo más afectado de los muchachos.
“Fue un viernes, estaba exageradamente oscuro. Eran las doce y veinte del mediodía. Había un campeonato de fútbol y nosotros estábamos viendo el partido al lado de la cancha. Recuerdo que corrí porque oí que habían metido un gol, luego de eso solo recuerdo que desperté en la ambulancia”.
Tenía quemaduras de cuidado en los pies. Lo dejaron en Cuidados Intensivos y no sabían muy bien qué tenía. Además, tenía una quemadura en la cabeza que le descubrieron hasta que empezó a oler feo porque se le infeccionó.
La cabeza se le inflamó y le creció como cuatro dedos. Le dolía mucho, pero ahora su salud es puras tejas, no le quedaron secuelas.
“Solo el primer año estuve con miedo pero más que todo a golpearme nuevamente la cabeza, por precaución no salgo si hay rayería, pero no me quedó ningún trauma. Eso sí, cuando voy al colegio por alguna reunión de mis hijas que estudian ahí, cuando paso por ese lugar, siento como que me jala, al menos debo volver a ver si voy de prisa, pero todo sigue como entonces”, explicó Jorge.