A las 10 de la mañana de este lunes decenas de instituciones públicas y privadas se apuntaron al primer simulacro a nivel nacional que organizó la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).

Un equipo de La Teja fue testigo de cómo en el parque Central de San José, en la escuela Jesús Jiménez de Cartago y en el centro de Alajuela, se aglomeraron grupos de personas, quienes laboran, estudian y viven en las cercanías de esos lugares.

En San Jose, minutos antes todo estaba normal, vendedores ofreciendo sus productos, varios borrachitos recién levantados, un predicador iniciando su sermón y comerciantes de líneas telefónicas desgalillados.

Pero a las 10:0 a. m. empezaron a sonar las sirenas de algunos edificios y las campanas de la catedral, que no dejaron de replicar durante ocho minutos.

Muy poca gente salió del montón de edificios cercanos al parque y se acomodaron en el frente de la Iglesia, es decir, el resto del parque quedó pelado.

“Oiga que está pasando, qué es esto”, dijo doña María Martinez, una nicaragüense que miraba asustada como la gente salía.

Mientras que otras personas como Carlos Castro, que andaba haciendo un mandando en el centro de la capital, comentó que andaba pendiente del reloj para participar.

“La gente piensa que es eterna que no va pasar un terremoto y que si pasa no va a ser grave, pero es mejor estar preparados. La gente de los bancos salió obstinada como regañados ya los viera a la hora”, dijo Castro.

Un dato a resaltar es que algunos que andaban cerca siguieron su camino sin detenerse y quienes lo hicieron, fue solo para vinear.

Aplicaditos

También visitamos la escuela Jesús Jiménez en Cartago donde tanto docentes como estudiantes mostraron que están preparados para enfrentaron eventos naturales.

En todas las provincias se realizaron simulacros para medir el nivel de preparación que la población ante desastres naturales.

Pilas

Otros que estaban bien preparados fueron los niños de la escuela Ascención Esquivel de Alajuela.

Flory León, directora de este centro educativo afirmó que se prepararon desde hace varios días para el simulacro de este lunes.

“Tenemos una plaza al frente, gracias a Dios tenemos un campo grande y los niños ya saben qué es lo que deben hacer si ocurre una emergencia”, dijo León.

Bien jugados

Los empleados del BCR también se apuntaron al ejercicio de evacuación y en seis minutos, el banco Negro, como le llaman a las oficinas centrales de San José, estaban completamente desalojadas.

El ejercicio resultó muy ordenado e incluso los mismos clientes se apuntaron.

Durante la simulación se presentaron dos heridos, ficticios, que eran atendidos por personal capacitado.

Carlos Astorga, gerente de logísitica, dijo que los usuarios comprendieron la situación. “Tenemos una cultura en estos simulacros. Los clientes están familiarizados”, dijo.

Uno de los clientes, identificado como Omar Torres, dijo que sabía del simulacro y colaboró sin problema. “Es por el bien de la población”.