Sucesos

A camionero lo declararon muerto en un choque, pero aquí está, contando el cuento

Conductor pide andar con paciencia y precaución frente al volante

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David Núñez Martínez tiene 51 años y en agosto próximo cumplirá ocho años de tener una “segunda vida” después de haber chocado en el camión que manejaba contra un bus de Turrialba en Juan Viñas, Cartago.

Como consecuencia del choque, David sufrió golpes muy fuertes en los riñones, se le quebró una cadera, la pelvis y el brazo izquierdo se lo tuvieron que reconstruir de la muñeca al codo con dos platinas y diez tornillos.

La pierna derecha la perdió de la rodilla para abajo porque la palanca de cambios se le metió en esa parte y en la izquierda pasó lo mismo con el pedal del “clutch”, pero esa no la perdió.

“Mi esposa me cuenta que cuando llegó (al lugar del accidente) me habían puesto la sábana blanca y decían que había muerto, pero un doctor dijo que me pusieran el aparato para reanimarme y volví".

Lo llevaron al hospital William Allen, en Turrialba, donde al verlo tan mal lo mandaron de inmediato al Calderón Guardia.

Estuvo cuarenta días en coma y pasó internado seis meses; luego estuvo otros dos meses en el albergue del INS y los siguientes dos años recibió terapia para lograr poner el pie izquierdo en el suelo.

Todas estas situaciones hicieron más fuerte al camionero, quien vio pasar la muerte cerca; ahora da testimonio de esa segunda oportunidad que tuvo y aconseja andar en la calle con muchísimo cuidado.

“A veces los niños se me quedan viendo y he visto que los papás los jalan del brazo, les dicen ‘no se le quede viendo’, pero si ando con tiempo los llamo en ese momento y les explico que soy sobreviviente de un accidente de tránsito, les recalco lo importante que es andar con cuidado y tener precaución”.

También les dice a los más pequeños que son ellos los que deben llamar la atención a los papás si notan que van muy rápido en un carro.

“A veces me invitan a dar charlas y siempre les digo a los chiquillos que si ven que mamá o papá va muy rápido les toquen el hombro y les digan ‘llévela suave’, solo tenemos una oportunidad y no sabemos si habrá otra”, señala este valiente.

Asegura que los camiones son su pasión y cuenta que no dejó de manejar.

”Si no hubiese sido por volver a manejar no estuviera aquí. Tengo muchos años de ser camionero, ese es mi desvelo, es lo que más me gusta, tengo una microbús y soy él que vive jalando a los compañeros del Cenare" (Centro de Rehabilitación).

A David le gusta jugar voleibol sentado. Tiene dos hijas –de 17 años y 19 años –y asegura que el proceso de recuperación ha sido duro, pero su esposa y sus hijas le dieron fuerzas y lo llenaron de coraje.

Alejandra Morales

Alejandra Morales

Bachillerato en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas y licenciada en Comunicación de Mercadeo en la UAM. Con experiencia en temas de sucesos y judiciales.

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