El busetero Rónald Alfaro Ugalde, de 53 años, lucha a diario para recuperarse de las lesiones que sufrió cuando un árbol le cayó encima a su vehículo mientras trabajaba.

Él dice que ya se siente mejor y asegura que unos ángeles muy especiales lo han ayudado en los momentos más duros.

El sobreviviente sufrió una fractura en la clavícula que le ha estado generando serios dolores y problemas en el brazo derecho, además de una lesión en la columna por la que tuvieron que operarlo el lunes 10 de junio.

“Ya estoy en mi casa, en Grecia de Alajuela, y aquí es otra cosa. Mis papás, mi esposa, mis hijos, mis hermanas y hasta mis sobrinos están cerca siempre y la comida es bien rica. Mientras estuve en el hospital perdí mucho peso, pero ya lo estoy recuperando porque aquí paso comiendo”, contó entre risas.

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“El accidente fue hace como mes y medio y estuve mucho tiempo en cama, hasta ahora me levanto y camino poquitos, pero siempre agarrado de alguien para no caerme”, agregó.

Alfaro cuenta que, como ahorita no está trabajando, la situación económica que vive es complicada; sin embargo, Dios no lo ha abandonado y le ha enviado ángeles.

“Un vecino vino un día a visitarme y vio que tenía que comer acostado y entonces me prestó una de esas camas eléctricas que se levantan, eso me ayudó mucho cuando regresé del hospital, ya ahora gracias a Dios puedo sentarme en la mesa a comer con mi familia", contó.

Pero ese no es el único ángel que ha ayudado en la recuperación del transportista, una conocida que vive en Estados Unidos se enteró del accidente y lo ha estado ayudando.

“Se supone que yo tengo que recibir terapia para recuperarme. Cuando salí del hospital México me dijeron que me iban a llamar del Cenare para que fuera, pero parece que más bien mandaron mis papeles al hospital San Rafael de Alajuela, entonces no me han llamado de ningún lado.

“En este momento yo no puedo pagar un terapeuta, pero una señora a la que todos los años le hago viajes me está mandando plata desde Estados Unidos para que compre los medicamentos que necesito y pague el terapeuta, eso me ha ayudado mucho", contó.

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“Un muchacho viene a la casa dos veces por semana, me hace ejercicios y masajes en el brazo que tengo malo, en los pies y en las piernas. Ya el brazo lo puedo mover más aunque aún me duele bastante”, narró.

Rónald dice que algunos fisioterapeutas se han preocupado por ayudarlo y lo han llamado de Cartago, Heredia y Alajuela para ofrecerle sus servicios de forma gratuita, pero como él ahorita no puede movilizarse, ha tenido que rechazarlos.

Buseta está en el taller

El sobreviviente cuenta que la buseta en la que se accidentó está en un taller a la espera de que lleguen los repuestos de Corea.

“Una hermana me prestó una plata para mandar a traer lo que se necesita para repararla, se supone que va a estar lista en unos tres meses y al final el arreglo me va a salir en unos nueve millones, tengo que ver de dónde saco esa plata.

“La fe mía es recuperarme por completo para volver a trabajar con la buseta porque eso es lo que me gusta hacer”, añadió el valiente.

Alfaro se accidentó el lunes 20 de mayo en Cartago, cuando regresaba de dejar unos chiquitos que practican ajedrez, quienes iban a participar en la final nacional.

Mientras iba por Tres Ríos de La Unión, un árbol que estaba a la orilla de la calle cayó sobre la buseta y lo dejó prensado varios minutos dentro del vehículo.

Rónald asegura estar agradecido con Dios por regalarle una segunda oportunidad de vida ya que él y sus allegados consideran que está vivo de milagro.