Tres de los cinco acusados de formar una banda narco dirigida por un hombre apellidado Cortés Amador, quien es hijo de la exministra de Salud, Giselle Amador, aceptaron los cargos que les atribuía la Fiscalía y serán condenados a 7 años y 6 meses de cárcel.
Se trata de tres hombres apellidados Pizarro Cartín, Bermúdez Molina y Owen Strauss, quienes la mañana de este martes 5 de enero, en el Tribunal Penal de Cartago, se sometieron a un proceso abreviado para no ir a juicio por los delitos de producción y comercialización de marihuana y sus derivados.
Los únicos que no aceptaron los cargos fueron una mujer apellidada Redondo Ramos y un hombre de apellidos Bastos Herrera, quienes a partir de este miércoles tendrán que enfrentar un juicio en el que podrían recibir una condena de hasta 15 años de cárcel.
En el caso de Cortés, de 42 años, este no formó parte del proceso, pues a finales del 2020 aceptó un procedimiento abreviado por los mismos cargos y fue condenado a 8 años y tres meses de cárcel.
A raíz de este caso, que se dio a conocer en enero del 2019, Giselle Amador tuvo que renunciar a su cargo en noviembre del 2018. Ella fue ministra de Salud durante los primeros seis meses de la actual administración.
Al principio se trató de tapar un poco el asunto diciendo que la salida era por un tema de salud, pero luego se destapó que se dio debido a que el Ministerio de Seguridad Pública había advertido a Casa Presidencial sobre la investigación contra Cortés.
Buena plata con mota
La Policía de Control de Drogas (PCD) le pisaba los talones a esta banda desde abril del 2018, luego de que recibieron información confidencial acerca de que estos tenían laboratorios clandestinos para cultivar mota, la cual usaban para crear ceras y aceites.
Por medio de la investigación se reveló que el grupo contaba con cultivos hidropónicos en casas ubicadas en Belén, Tres Ríos, Santa Ana y Guápiles. Además trascendió que vendían sus “productos” con precios que iban de los ¢30 mil hasta los ¢100 mil.
Las autoridades detallaron que Pizarro era el segundo al mando y se encargaba de cultivar y procesar la droga; Bastos, aparentemente, se dedicaba a recoger los productos en los laboratorios para luego venderlos.
Owen, que es un gringo de 70 años, era quien aportaba dinero al grupo para el desarrollo de los laboratorios y Redondo, en apariencia, se dedicaba a cuidar de la plantas.