Un fuerte pleito dentro de la casa de la abuela materna de la bebé Keibril Amira García Amador fue escuchado por algunos vecinos de Mataguineo de Cervantes, Cartago.

Los gritos fueron escuchados el Jueves Santo, 6 de abril anterior, días antes del robo de la bebita, que ocurrió el domingo 9 de abril.

Así lo confirmó una de las lugareñas que prefirió reservarse el nombre.

Señaló que desconocen si Casasola Salas, principal sospechoso del robo de la niña, estaba dentro de la vivienda ese día.

Aseguró que era normal escuchar gritos y peleas; en esta vivienda, en apariencia, solo vivía la pequeña Keibril, junto a su mamá, de 13 años; la mamá de la adolescente y abuelita de la bebé, Fabiola Amador, y la pareja de ella, el sujeto de apellidos Casasola Salas y otros dos menores de 9 y 2 años (hermanos de la adolescente).

“Aquí había mucho problema con el licor, siempre había pleitos y cuando esa chiquita quedó embarazada todo el mundo se alarmó, el primer sospechoso siempre fue él (Casasola)”, dijo la lugareña.

Señaló que algunas personas decían que se había ido hace unos meses de la casa; sin embargo, no fue así porque lo hizo 15 días antes del rapto de la inocente.

“Él (Casasola) siempre pasaba aquí metido, se pudo haber ido unos 15 días, a lo mucho”, manifestó.

Inocente y pulseadora

Los lugareños describen a la mamá de la pequeña como una adolescente muy pulseadora, siempre andaba con la bebé en todo lado.

“La bebé siempre la andaba la mamá (la niña de 13 años), ella salía a pulsearla, salía a comprar paquetes de papas y los revendía, también vendiendo números, se le notaba mucho la inocencia también, pero trataba de salir adelante”, confesó la vecina.

Aseguró que algunas personas trataban de ayudarles con ropa para la pequeña Keibril.

Algunos vecinos aseguran estar asustados y prefieren no decir sus nombres para evitar hacer este problema más grande.

La búsqueda de Keibril continúa entre cañales y cafetales.